Aclarar el 'caso Cervera' depende en gran parte del resultado de una comisión rogatoria. En concreto, de la que en las próximas semanas debe llegar desde Estados Unidos con los datos reclamados a una empresa con sede en Nueva York sobre las direcciones IPs que se conectaron a sus servidores de Internet el pasado 4 de diciembre. Ese día fue enviado el correo electrónico con el que se pretendía chantajear al entonces presidente de Caja Navarra, José Antonio Asiáin, un caso que sobre el papel se presentaba policialmente sencillo tras el arresto cinco días después del exdiputado del PP Santiago Cervera cuando recogía un sobre con 25.000 euros oculto en una rendija. Sin embargo, seis meses después, la causa sigue 'ciber-enrevesada'.
La investigación se ha centrado hasta ahora en seguir el rastro en Internet de los dos mensajes que recibieron los protagonistas del suceso: el exdiputado del PP y el presidente de Caja Navarra
Esta comisión rogatoria es una de las últimas esperanzas del titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Pamplona, Fermín Otamendi, para desentrañar el extraño caso de la extorsión al banquero después de que el único imputado haya negado en todo momento su implicación en los hechos y haya defendido que fue víctima de una trampa supuestamente tendida también con un 'email'. Hasta ahora, las intensas gestiones del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil no han permitido despejar la madeja informática que envuelve tanto el mensaje que recibió Asiáin como el que esgrime el político navarro para justificar que acudiera a la muralla de Pamplona a recoger el sobre con el pago.
Los expertos de la Benemérita aún no han remitido al juez ningún informe sobre sus pesquisas ni sobre el contenido de la media docena de dispositivos electrónicos que se requisaron al político navarro tras su arresto. "La información que nos llegue desde EEUU determinará si podemos seguir avanzando o nos encontramos ante un muro que difícilmente se podrá sortear", reconocen fuentes conocedoras del estado actual de las pesquisas. De hecho, hasta ahora la investigación se ha centrado en estos dos 'hilos' informáticos. Del mensaje que supuestamente recibió el 29 de noviembre Cervera, y en el que le anunciaban que en una rendija del fortín de San Bartolomé de la capital navarra encontraría un sobre con documentación sobre irregularidades en la entidad financiera, poco han podido obtener los expertos. Este correo electrónico había sido enviado a través de un sistema encriptado que oculta al remitente y no admite respuesta. "Esta claro que quien lo envió tiene grandes conocimientos en informática y redes", señalan fuentes de la Guardia Civil.
EEUU, Alemania y Ucrania
Por otro lado está el 'email' que Asiáin recibió el 4 diciembre y que él abrió al día siguiente. En él le daban instrucciones concretas y muy precisas para depositar el sobre con el dinero. Sobre este último gira, precisamente, la información solicitada a la empresa neoyorquina. Este email procedía de la cuenta casocaja@mail.com y las pesquisas han permitido saber que pasó por servidores situados, al menos, en Alemania, Ucrania y EEUU. Un complejo recorrido que confirma las sospechas policiales de que detrás de él también hay expertos informáticos. ¿El mismo que encriptó el recibido por Cervera? "Aún no podemos responder a esa pregunta", añaden las fuentes consultadas, muy cautas sobre el desenlace de una investigación en la que las declaraciones ante el juez del propio Cervera y otros testigos han despejado pocas o casi ninguna incógnita. Hoy, jueves, está previsto que acuda ante el magistrado como testigo la víctima, José Antonio Asiáin.
Los investigadores siguen sospechando de Cervera por su extraña actitud antes y después de su detención. Él insiste en que fue víctima de una trampa
Fuentes de la Guardia Civil reconocen a este diario que la principal hipótesis que aún menajan los responsables de la investigación es que Cervera fue el presunto autor del intento de extorsión por varios indicios. Primero, su actitud antes y después de ser detenido tras recoger el sobre con el pago del soborno. El exdiputado acudió al lugar embozado supuestamente para ocultar su rostro a las cámaras de seguridad instaladas en la zona y, además, no preguntó a los agentes el por qué de su arresto cuando fue interceptado. El propio juez pidió a los guardias civiles que participaron en el operativo que declararan ante él para explicar, precisamente, cómo había reaccionado el político navarro a su detención.
Además, los investigadores destacan cierto sinsentido en el orden cronológico en el que fueron enviados los dos correos electrónicos claves en el caso y el que consideran "sospechoso retraso" de Cervera en acudir a la cita. El primero de los email, con fecha 29 de noviembre, fue el que recibió el propio Cervera. Una semana después era Asiáin quien recibía el suyo. Las fuentes consultadas se preguntan por qué el exdiputado del PP 'esperó' precisamente hasta después de que la víctima recibiera el correo electrónico para ir Pamplona a recoger el sobre que le indicaron en el que había llegado al suyo.
Sin embargo, desde el entorno del único imputado se sigue defendiendo su inocencia e insisten en la teoría de la trampa. El propio Cervera, que declinó comentar con este diario los últimos avances de la investigación, presentó recientemente en el juzgado la denuncia que interpuso en una comisaría de Madrid sobre supuestos seguimientos que había sufrido en la capital tras estallar el escándalo. La acusación popular en la causa, representada por la asociación de consumidores Kontuz, cercana a la izquierda abertzale, también ha hecho suya la hipótesis de la trampa. Pese a las diferencias ideológicas con Cervera, sus representante no han dudado en elogiar durante todos estos meses la labor de crítica hacia Caja Navarra hecha por el exdiputado.