El Senado también hará uso de los polémicos pinganillos durante el próximo año, un servicio por el que abonará hasta 330.000 euros. Así lo recoge, según ha podido saber Vozpópuli, el proyecto de presupuesto de la Cámara Alta para 2015, un texto que recibió el martes el visto bueno de la Mesa de esta institución y que será aprobado mañana en el Consejo de Ministros. Esta previsión de gasto es ligeramente inferior a la de 2014, cuando el máximo órgano de gobierno de esta institución autorizó una cantidad que rondaba los 350.000 euros. Así, fuentes de la Cámara Alta consultadas por este diario subrayan que ha habido una reducción del 5,7% y no esconden, dentro de una política que persigue la máxima transparencia, el mantenimiento de esta partida por quinto año consecutivo.
Se da la circunstancia de que este desembolso aparece por cuarta vez en unas cuentas estatales elaboradas por el Gobierno de Mariano Rajoy. Y ello, pese a que los populares mostraron su negativa en 2010 a la modificación del reglamento, que recibió el respaldo de PSOE, Entesa Catalana del Progrés, CiU, PNV, BNG y Grupo Mixto --excepto UPN-- para traducir al castellano las intervenciones en las lenguas cooficiales (vasco, gallego, catalán y valenciano).
El PP, entonces en la oposición y ahora con mayoría absoluta en la Cámara Alta, ha declinado prescindir de este servicio. Los populares esgrimen que el importe de esta contratación no es elevado ni puede considerarse un dispendio en la contabilidad general de la institución.
La reforma del Reglamento del Senado que entró en vigor el 1 de enero de 2011 permite utilizar las lenguas cooficiales durante las sesiones del Pleno. No obstante, tal uso está limitado a los debates de las mociones y a la Comisión General de las comunidades autónomas, que ha celebrado ocho reuniones desde el comienzo de la legislatura.
No cabe el empleo de los pinganillos ni en las sesiones de control al Gobierno, es decir, en las preguntas orales a los ministros y al jefe del Ejecutivo, ni en los debates de iniciativas legislativas. Esto último sí figuraba en la propuesta original firmada por una treintena de senadores de PSC, ERC, ICV, PNV y BNG, pero fue desestimado por el Grupo Socialista.
El PP, que se negó a reformar el Reglamento en 2010 estando en la oposición, ha declinado ahora con mayoría absoluta prescindir de este servicio
En aquel momento, la senadora del PP Rosa Vindel, encargada de fijar la posición de su partido, manifestó que la introducción de los pinganillos iba a "poner obstáculos" al debate democrático en el Senado pese a que todos sus miembros hablan el mismo idioma. Asimismo, la portavoz popular se preguntó entonces qué opinarían los parlamentarios europeos al ver a los senadores españoles "debatiendo con el pinganillo puesto" en lo que calificó como "una inmensa Torre de Babel, la Cámara de la versión original subtitulada".
El coste de seguir utilizando los pinganillos no lo supone tanto el mantenimiento de los auriculares, como el sueldo de los intérpretes que realizan la traducción simultánea y las correspondientes transcripciones en el diario de sesiones de la Cámara. Precisamente, el Senado tiene ahora abierto un procedimiento para la "adjudicación del contrato de servicios de traducción de textos y transcripción" por un importe base de licitación que asciende a 80.000 euros sin IVA (el valor estimado es de 120.000 euros IVA no incluido).
Por su parte, el PSOE votó este martes en la Mesa de la Cámara Alta a favor del proyecto de presupuesto para 2015. No obstante, su principal objeción a estas cuentas ha sido la congelación del salario de los funcionarios y personal eventual de la institución. La senadora socialista Yolanda Vicente justificó esta posición en la necesidad de incrementar el poder adquisitivo de los trabajadores para así "aumentar el consumo y la demanda interna".
El presupuesto total del Senado se eleva a 51.900.420 euros, un 0,31% más que en 2014 debido, según el presidente de la Cámara Alta, Pío García-Escudero (PP), a las variaciones en las cotizaciones de la Seguridad Social y a las previsiones de gasto de 2015 como año electoral. García-Escudero considera que las cuentas son "austeras" y recuerda que las del Senado francés alcanzan los 300 millones de euros, mientras que las del italiano se sitúan en los 500 millones.
Un coste de 6.000 euros por sesión
Ha sido UPyD el único partido que ha pedido la retirada de los pinganillos en varias ocasiones. La formación Rosa Díez ha solicitado a las Cortes Generales que prescindieran de tal servicio durante la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado de los últimos años. Para el grupo magenta se trata de "un gasto incomprensible (6.000 euros por sesión) dada la actual situación de crisis económica".
Su última actuación en este sentido fue la presentación el pasado noviembre de una iniciativa en el Pleno del Congreso para que el Senado se ahorrara 350.000 euros en la traducción simultánea de las sesiones de 2014. Sin embargo, el PP rechazó la propuesta en la Cámara Baja sosteniendo que una medida de este tipo requeriría antes reformar el Reglamento de la Cámara Alta.