La misa de las doce de la mañana del pasado domingo en la iglesia de San Esteban Protomártir de Mocejón estuvo marcada por la actitud nerviosa de Juan Francisco. Los presentes relatan a Vozpópuli que el joven estaba "intranquilo" y que incluso se llegó a pegar cabezazos con los bancos donde se encontraba. Otro de los detalles que llamó la atención de los feligreses es que el asesino confeso de Mateo "dejó cinco euros de propina en el cepillo" que pasaron para los asistentes. Dos horas antes de estos inquietantes episodios había matado de forma atroz a Mateo, un niño de once años, a menos de un kilómetro de este lugar.
El testimonio de los vecinos sobre Juan Francisco no cambia sustancialmente preguntes a quien preguntes. Una familia asentada desde hace décadas en Mocejón pero desconocida a grandes rasgos. La imagen que se recuerda es la del padre Fernando paseando por el pueblo acompañado por su hijo, que ahora está en el foco del huracán por este brutal crimen. Sabían que tenía algún tipo de "problema" pero no era conocido que padecía un 75% de discapacidad psíquica.
Los compañeros del trabajo de este hombre, vigilante de seguridad que ha ido encadenando otros puestos, le definen como una persona solitaria. No le gustaba trabajar con otras personas. Un lobo solitario que contrastaba con los abuelos que vivían también en la localidad. Unas personas "entrañables" y "siempre dispuestas" a colaborar con la comunidad.
Un acoso no denunciado
El padre de Juan Francisco apuntó tras la detención de su primogénito que este recibía acoso por parte de otros jóvenes. Una circunstancia que de producirse nunca llegó a ser denunciada ante las autoridades. Si es cierto que era conocido en el pueblo por su carácter extraño y oscuro. "No paraba tranquilo siempre con la mirada perdida", relata otro de sus vecinos.
Donde siempre se juntaban con los otros vecinos de Mocejón era en misa. Precisamente, tras cometer el crimen y asearse en casa de su abuela, Juan Francisco se dirigió con su padre a la iglesia. En este punto dejó varios momentos reveladores como "cabezazos" contra los bancos, que llamaron la atención de los feligreses.
"Mi hijo lleva paseándose por el pueblo sin problemas desde que era niño", reconoció el padre del asesino confeso. También desveló este martes que hace dos años su hijo tuvo otro incidente durante el confinamiento y llamaron a la Guardia Civil "Hubo una represión tremenda, soy antivacunas", proclamó.
Sobre su hijo, Fernando afirmó que está en un centro de educación especial educándose con niños "normales" y achacó sus problemas psíquicos con las "vacunas". "Nunca había tenido ningún problema en el pueblo, al menos cuando estando yo presente", detalló. Lamentó que su primogénito no tenía amistades en Mocejón y tampoco podía hacer uso de las pistas deportivas, lugar donde ocurrió el crimen.
Los investigadores de la Guardia Civil están convencidos de que tanto el padre como los abuelos del asesino de Mateo no conocían el hecho violento a pesar de las noticias que no cesaban de hablar de Mocejón. Su testimonio no tiene fisuras de lo que pasó en las horas posteriores al suceso cuando ya fue identificado por uno de los testigos como "el hijo loco de Fernando".
El móvil del crimen de Mocejón
Nada más conocer esta revelación, los agentes dejaron de lado la 'Operación Jaula' y establecieron vigilancias en las dos viviendas que frecuentaba el joven en Mocejón. Tuvo en todo momento un perfil bajo sin apenas salir de casa.
El próximo jueves, el joven de 20 años pasará a disposición judicial tras permanecer tres noches pernoctando en la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo. Está por ver si continuará colaborando con la justicia y confirmará ante el juez lo que ha declarado ante los investigadores.
Precisamente, el trabajo de estos agentes ahora se centra en buscar el móvil del crimen de Mocejón. Para ello, se está analizando el dispositivo móvil del chico para conocer sus últimas conversaciones telefónicas y las búsquedas en internet.
Urente
Eso de dejar cinco euros en el cepillo es desde luego un indicio muy preocupante. A qué persona en su sano juicio se le ocurre...