España no apoyará, y mucho menos se sumará, a un ataque militar contra Siria sin contar con el mandato expreso del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en tal sentido, según han confirmado a este diario fuentes cercanas al Ministerio de Asuntos Exteriores. El Gobierno británico, que respalda la decisión de Estados Unidos de golpear al régimen de Bachar al Asad, presentó ayer un borrador de proyecto de resolución ante el organismo de la ONU que autorizaría el ataque, resolución que difícilmente será aprobada dada la oposición de Rusia y China, que cuentan con derecho de veto y son contrarios a cualquier tipo de intervención contra el régimen sirio.
El presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, sigue al minuto la evolución de la crisis. El Gobierno español se va a mantener en la línea de perfil bajo que ya viene exhibiendo desde que estallara el round final de esta crisis, el provocado por el criminal uso de gases químicos contra la población civil, razón por la cual “no se ha considerado conveniente convocar, por el momento, una reunión del Consejo de Seguridad Nacional”, cuyo secretario es el director del gabinete de la Presidencia del Gobierno, Jorge Moragas.
Todo parece indicar que la posición española no va a ser en absoluto beligerante, entre otras cosas porque el Gobierno Rajoy tiene suficientes problemas en casa, por un lado, y por el recuerdo, gato escaldado, de las funestas consecuencias que para el Gobierno Aznar se derivaron de su apoyo a la guerra de Irak, hace justamente 10 años. “La posición española coincide básicamente con la de Alemania: condena sin paliativos de los ataques químicos, y apoyo a la resolución presentada ayer por el Reino Unido ante el Consejo de Seguridad de la ONU, animando decididamente a Rusia a apoyarla”.
A media tarde de ayer, Estados Unidos no se había dirigido al Gobierno español pidiendo facilidades logísticas para el repostaje de los aviones de la coalición atacante –básicamente Estados Unidos, con apoyo directo británico y francés- en suelo español, pero nadie duda en Exteriores de que esa petición se formulará en las próximas horas, lo cual podría obligar a Madrid a mojarse y a tener que abandonar el escrupuloso wait and see que vienen manteniendo hasta el momento, escarmentada por la experiencia de la guerra de Irak, sobre todo después de que el Gobierno italiano haya anunciado que no facilitará bases a la coalición para el repostaje de sus aviones de combate.
Toda la agenda internacional contaminada
La crisis siria va a monopolizar la actualidad internacional en las próximas semanas, contaminando toda la agenda internacional (reunión del G-20, prevista para comienzos de la próximas semana precisamente en San Petersburgo; Asamblea General de Naciones Unidas en Septiembre, etc., etc.), con unas consecuencias económicas de primer orden, entre otras las relacionadas con el aumento de los precios del crudo provocado por la tensión internacional en zona tan sensible como el Medio Oriente, y con potencialidad de afectar al ritmo de salida de la crisis española.
El Departamento de Seguridad Nacional de nueva creación, órgano de asesoramiento al presidente del Gobierno en materia de seguridad nacional que dirige Alfonso de Senillosa, director adjunto del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, y por descontado el propio Ministerio de Asuntos Exteriores, están siguiendo muy de cerca la evolución de la crisis siria e informando al minuto al presidente Rajoy de las novedades que afectan al caso.
Una nota difundida el martes por Exteriores afirmaba que el Gobierno español “condena enérgicamente el uso de armas químicas en Siria y expresa su pesar por las numerosas víctimas civiles causadas por el último ataque en los alrededores de Damasco”. La nota daba por hecho el uso de las armas químicas, pedía el esclarecimiento de los hechos a través de la misión de la ONU desplegada sobre el terreno y mantenía que “los ataques realizados con armas químicas en Siria requieren una respuesta firme de la Comunidad internacional”.
En la nota, el Ministerio manifestaba su esperanza en que “el Consejo de Seguridad pueda desempeñar el papel que la Carta de Naciones Unidas le confiere y tomar decisiones que hagan que la legalidad internacional se cumpla y se ponga fin al drama sirio”, una posición que contrasta con la decisión ya adoptada tanto de Estados Unidos como Reino Unido o Francia, de intervenir militarmente en Siria incluso sin mandato específico de la ONU.