Robos y agresiones sexuales. Esos son los dos principales objetivos de los peligrosos delincuentes que utilizan la sumisión química para debilitar la defensa de sus víctimas y aprovecharse de ellas. Aunque el número de denuncias por estas prácticas es desconocida, la tipología aún no está incluida en las estadísticas, la percepción es que están aumentando los casos, según han informado fuentes policiales a Vozpópuli.
Estas prácticas fueron detectadas en un primer momento en la capital en delitos relacionados con la libertad sexual. Los responsables utilizaban en los casos más leves MDMA, anfetaminas y metanfetaminas. Hay otros casos donde hacen acopio del burundanga.
Sin embargo, en los últimos tiempos se está perpetrando la sumisión química para robar a las víctimas. Para ello, los ladrones utilizan benzodiacepinas, metanfetaminas, escopolamina (burundanga) y ketamina. Son los productos que suministraban la banda de los basiliscos para dejar noqueados a sus víctimas, turistas homosexuales adinerados. Esta práctica es muy peligrosa y puede llegar a causar la muerte en altas dosis. Ya se conoce el homicidio de un empresario por hombres vinculados a esta banda.
Buenos resultados del plan
A finales del 2021, ante el repunte de este tipo de delitos, la Policía Nacional puso en marcha en el distrito Centro de la capital un Plan contra la sumisión química. "Está dando muy buenos resultados", expuso la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González.
Este operativo policial se sustenta en dos pilares fundamentales. En primer lugar en la vigilancia de los alrededores de los locales de ocio nocturno. Allí los agentes tienen una doble función de vigilar que no se produzcan abusos y de interceptar las sustancias estupefacientes.
Otra de las 'patas' de este plan es la colaboración con los locales de ocio nocturno. Los trabajadores están siendo formados por la Policía Municipal de Madrid para detectar y poder localizar a las personas que realicen este tipo de prácticas. Después tienen que ponerse en contacto y denunciar para que acuda la Policía Nacional.
Y es que en la ciudad de Madrid en el segundo semestre del 2021 se incrementaron en un 23% las denuncias por agresiones sexuales. Estos casos se detectaron principalmente en el entorno de las discotecas con las drogas vertidas en las bebidas de los clientes.
Muy difícil de demostrar
En las últimas semanas los investigadores consiguieron detener a ocho jóvenes por abusar de dos chicas en la discoteca Tiffany´s de Chamartín. También arrestaron a dos miembros de los basiliscos. "Poco a poco se va actuando. Es un delito muy complicado de demostrar", reconoció González.
Y es que las sustancias utilizadas por los agresores desaparecen del cuerpo a las 12 horas de su consumo. "No deja rastro pero la Policía Nacional está haciendo sus pesquisas. Estamos bastante satisfechos", elogió la delegada del Gobierno.
Las fuentes policiales consultadas por Vozpópuli hacen especial mención en que las víctimas de estos abusos o robos deben acudir inmediatamente al centro sanitario más cercano o a la UFAM en la Jefatura Superior de Policía Nacional para denunciar estos hechos.
Muchos de los damnificados sufren amnesia y no recuerdan nada de los sucedido. En algunas ocasiones culpan al alcohol de las lagunas pero en realidad es que fueron drogados sin saberlo. Por ello, resulta fundamental ante la duda ponerse en contacto con la Policía Nacional.
Varias de las asociaciones vecinales del distrito de Centro expusieron a la delegada del Gobierno que estas acciones se desarrollan habitualmente en algunos locales y zonas del barrio. Los responsables policiales se comprometieron en abordar estas denuncias a fondo para conocer qué ha pasado en cada una de las situaciones.
Una de cada tres agresiones con sumisión
Agrupaciones como los vecinos de Chueca no se han extrañado de las últimas operaciones policiales ya que consideran que es algo público y notorio lo que sucede en las noches de fiesta en las proximidades de algunos establecimientos de ocio nocturno.
De este tema, por el momento, solo se conoce "la punta del iceberg", según el Ministerio de Justicia que estima que una de cada tres agresiones sexuales en los últimos cinco años podría haberse producido “ con la víctima en estado de sumisión química.
La ministra de Justicia, Pilar Llop, presentó los resultados del trabajo del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) sobre violencia sexual y sumisión química. De las 3.001 agresiones sexuales del año pasado y se practicaron análisis en 994 de ellas ante la sospecha de que pudieran haberse cometido con la víctima bajo sumisión química. El resultado dio positivo en el 72% de los casos.