El Sindicato Unificado de Policía (SUP) critica la "improvisación" en la confección de los dispositivos de seguridad como los de la visita de Barack Obama o el Orgullo Gay, consecuencia de la deriva política y del "desgobierno" actual en el Cuerpo. "Nunca soplan buenos vientos para quien no sabe dónde va" es, en opinión del sindicato mayoritario de la Policía, la frase que mejor define la situación actual en la institución, como consecuencia de la "politización" de su cúpula y la "fractura" existente entre el Ministerio del Interior y la Dirección General de la Policía.
Para el SUP, la improvisación ha regido en la organización de dos de los últimos acontecimientos en la capital, como la celebración del Orgullo Gay, cuyo despliegue de seguridad no fue organizado hasta el mismo día, lo que generó un forzoso ajuste en las unidades.
Tampoco el dispositivo de la visita del presidente norteamericano el fin de semana pasado fue, a juicio del sindicato, mejor organizado, pues efectivos de la Comunidad de Madrid, Sevilla y Cádiz tuvieron que dejar sus puestos y sumarse al operativo "sin ningún tipo de formación específica".
Dos acontecimientos que tienen su origen en la supresión de casi mil puestos de trabajos en la unidad Central de Seguridad y Protección, lo que ha obligado a crear comisiones de servicio durante julio, agosto y septiembre para cubrir la seguridad de las embajadas y consulados en la capital. La mala gestión también provoca largas esperas de los ciudadanos para pedir cita para el DNI, mala situación de los Centros de Internamiento de Extranjeros -CIE-, policías heridos o mal estado de los perros de la Unidad de Guías Caninos de la Línea de la Concepción, denuncia el SUP.