La política exterior de Pedro Sánchez ha vivido su principal hito en el giro radical de la postura de España hacia los planes de soberanía de Marruecos en el Sáhara y en el acercamiento absoluto a Mohamed VI, con la Reunión de Alto Nivel en Rabat como máximo exponente. Con el adelanto electoral y la posibilidad de un cambio de color en Moncloa, en esferas diplomáticas surgen dudas acerca del futuro en las relaciones a ambos lados del Estrecho. En Rabat ya se preguntan qué ocurrirá con todos los acuerdos suscritos entre Sánchez y Mohamed VI en asuntos tan delicados como la seguridad o la economía, e incluso sobre si la postura de España con el Sáhara se mantendrá más allá de las elecciones generales del próximo 26 de julio.

Fuentes diplomáticas consultadas por Vozpópuli destacan la “incertidumbre” en la política internacional de España en los años venideros. Pedro Sánchez, de forma unilateral, cambió la postura sobre el Sáhara en una carta que remitió a Mohamed VI, con la que selló la ‘paz’ tras una grave crisis bilateral entre ambos países, con episodios tan destacados como el ingreso hospitalario en Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y la posterior irrupción de miles de personas en Ceuta por vías irregulares.

El viraje de Sánchez no fue bien recibido en el Congreso de los Diputados, ni tan siquiera entre sus socios de Gobierno: Unidas Podemos rechazó cualquier reconocimiento sobre el Sáhara y manifestó que su postura inamovible era la celebración de un referéndum de autodeterminación, mientras que la oposición reprochó al presidente del Ejecutivo que tomase una decisión de esa envergadura sin una consulta previa, además de enterarse de la noticia mediante un comunicado emitido por el reino alauí.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, califica esta decisión como “bandazo” y critica que Sánchez asumiera el cambio “a espaldas” del Congreso de los Diputados. En numerosas ocasiones ha preguntado “qué beneficios” aporta el acercamiento a Marruecos tan marcado en la agenda diplomática de Sánchez, ya que es “incapaz” de apreciar los beneficios que le suponen para España.

Ante estas declaraciones y la inminencia de las elecciones, la inquietud crece en Marruecos. Mohamed VI logró que la administración Trump de Estados Unidos admitiese sus planes de soberanía sobre el Sáhara, en una decisión que Joe Biden ha mantenido en pie. Rabat y Washington han estrechado lazos en diversas materias, al entender EEUU que el reino alauí es su aliado natural en el norte de África para combatir diversas inestabilidades -principalmente el terrorismo- y ejercer de dique de contención frente a la creciente influencia de Rusia.

Dudas en Marruecos

¿Y España? ¿Mantendrá su posición sobre el Sáhara, como hiciera Washington tras la llegada de Biden a la Casa Blanca? ¿La hoja de ruta pactada en la Reunión de Alto Nivel del pasado mes de febrero seguirá en pie? ¿Se mantendrá la actual fluidez en las relaciones hispano-marroquíes? ¿Las relaciones económicas seguirán el mismo rumbo? ¿Qué ocurrirá con la seguridad aérea en las inmediaciones del Sáhara?

Esas son algunas de las preguntas que surgen en esferas diplomáticas españolas… y que también se instalan en Rabat, tal y como advierten numerosas informaciones publicadas por analistas marroquíes o por prensa afín a Mohamed VI, desde donde se califica a Sánchez como un “aliado” estratégico una vez superadas las heridas de Ceuta y de Brahim Ghali.

En la agencia de noticia Hespress destacan que las pasadas elecciones municipales y autonómicas del 28-M son una “tarjeta roja” para el Gobierno de Pedro Sánchez y que lo más probable es que el PP llegue a la Moncloa. En este sentido, indican la posibilidad de acuerdos entre populares y Vox para alcanzar pactos de Gobierno, y la influencia que podrían tener los de Abascal en decisiones relacionadas con Rabat: “Marruecos debe adaptarse al ascenso de la derecha que se avecina”, indican desde el portal de noticias.

El digital Madar21 también publica un análisis sobre las consecuencias que tiene para Marruecos el adelanto electoral y un hipotético cambio de sillón en la Moncloa: "¿Es posible que el Gobierno español dé marcha atrás en su apoyo a la propuesta de autonomía si gana el Partido Popular? La respuesta es que esto no está excluido pero no es inevitable". Son solo dos muestras de las inquietudes recogidas estos días en la prensa marroquí.

Preguntas que se repiten a ambos lados del Estrecho. Las mismas fuentes diplomáticas consultadas por este diario indican que el "precedente" de Estados Unidos tiene peso en las decisiones que asuma España en su política exterior, si bien por el momento no hay ninguna decisión certera en este sentido.

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