Todo aquel que haya tenido el más mínimo contacto con las Fuerzas Armadas habrá visto los “ladrillos”, unas cajas que, pese a su reducido tamaño, tienen un peso consistente… y que incluyen todos los aportes que un soldado necesita en su alimentación. El Ejército de Tierra gestiona un nuevo contrato para incorporar un nuevo lote de raciones de combate y, en los pliegos de la adjudicación, ha detallado los menús dedicados a sus combatientes: tortellini de cerdo, cocido madrileño y judías con chorizo, entre otros.
“Durante los ejercicios 2023 y 2024, se ha realizado un consumo superior al previsto, por lo que es necesario la adquisición de raciones para reponer los stocks de los suministros objeto del expediente”, afirma la Jefatura de Asuntos Económicos del Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra, órgano encargado de la adjudicación, en los documentos adjuntos al procedimiento.
Y añade: “De conformidad con el Informe justificativo, tanto el Ejército de Tierra como el Ejército del Aire y del Espacio necesitan suministro para reponer stocks de forma urgente para evitar el desabastecimiento en los casos de maniobras y ejercicios de instrucción y adiestramiento; así como un previsible consumo y reservas tanto para el territorio nacional como en el exterior, en misiones de mantenimiento de la paz”.
Lo cierto es que hasta el más mínimo detalle está atendido en los pliegos de la licitación. Son raciones de combate que cumplen con estándares OTAN, además de los consabidos de cuidado y alimentación. Sin embargo, los menús están adaptados a la gastronomía habitual española; no en vano, son especialmente codiciados en los contingentes internacionales en los que despliegan las tropas de nuestro país.
Qué hay en cada ración
¿Y qué encuentran los militares españoles en sus “ladrillos”? Adentrémonos en los cinco menús que solicita el Ejército de Tierra. Primero, en los desayunos. Todos ellos incluyen un sobre de cacao en polvo o dos de café, además de leche en polvo, miel y sobres de azúcar. Pero luego se incluyen hasta cinco variantes, que se componen a partir de los siguientes elementos: sobre de copos de cereales con frutas y miel, galletas dulces, tarrina de cacao con avellanas y confitura de ciruela, frambuesa o albaricoque.
Llega el mediodía o el atardecer y, ¿qué hay de comer o cenar en las raciones de combate? En el primer menú, la opción A-1 incluye un sobre de sopa de pollo con pasta, lata de lentejas con chorizo y tocino, lata de caballa en aceite y crema de manzana de postre. La opción B-1 cuenta con un sobre de sopa de verduras, lata de salchichas con tomate, mejillón en escabeche, melocotón en almíbar y una lata de paté.
El segundo menú también cuenta con dos variantes. La A-2 está compuesta por un sobre de sopa de pollo con pasta, tortellini de cerdo, calamares en su tinta y membrillo. La B-2, por sobre de sopa de verduras, albóndigas con guisantes, sardinas con tomate, cocktail de frutas y una lata de paté.
El tercer menú, en su primera modalidad, incluye un sobre de sopa de pollo con pasta, cocido madrileño, atún blanco en aceite vegetal y crema de melocotón; en su segunda, sopa de verduras, carne vacuno en salsa, caballa en escabeche, pera en almíbar y una lata de paté.
Vayamos con el cuarto menú. Sopa de pollo con pasta, judías con chorizo, sardinas en aceite y crema de albaricoque, en una opción. La otra, sopa de verduras, carne de vacuno con guisantes, lata de atún blanco en aceite vegetal, frutas en almíbar y una lata de paté.
El quinto menú, en su variante A-5, tiene sopa de pollo con pasta, ensalada campera de bonito y una lata de magro de cerdo; de postre, crema de manzana. La versión B-5, sopa de verduras, judías verdes con jamón, calamares en aceite, melocotón en almíbar, y una lata de paté.
Variante halal
Cada una de las raciones cuenta con “pan galleta” o “pan de larga duración”. Además se incluye una batería de complementos, como pastillas depuradoras de agua, pastillas de combustible sólido, sales en polvo sabor limón, estuche de cerillas, hornillo quemador, papel celulosa, una nota informativa, un cepillo dental, un sobre de crema dentífrica fluorada, chicle para higiene dental y un sobre desinfectante de manos, entre otros.
Todo ello está medido para calibrar los kilojulios, proteínas, lípidos e hidratos de carbono que ingerirá el soldado. Como añadido, hay una variante halal para los militares españoles musulmanes, cuidando los preceptos que establece su religión.