Lo hizo con los doce líderes del procés acusados de rebelión y lo hace ahora con los Comités de Defensa de la República (CDR) señalados por terrorismo. Vox insiste en su estrategia de judicializar su política al intentar ejercer la acusación popular en las investigaciones que se dirigen contra los independentistas catalanes. El partido de Santiago Abascal se ha querellado esta semana contra los CDR después de que se ordenara el ingreso en prisión de siete de sus miembros. El juez a cargo de las pesquisas deberá estudiar la iniciativa para decidir si permite a la formación personarse en la causa.
La decisión del partido tiene lugar tres meses después de que finalizaran las sesiones del juicio del procés en el Tribunal Supremo. Vox ejerció la acusación popular entre chapuzas. Desde la primera semana, el juez Manuel Marchena hizo de muro de contención a la formación. El magistrado rechazó de facto las dos primeras propuestas del partido: la petición de retirar cualquier lazo amarillo de la vestimenta de los acusados y la solicitud de poder formular sus preguntas al que fuera vicepresidente Oriol Junqueras pese a que este expresó que no respondería a ninguna de las cuestiones planteadas por las acusaciones.
Ahora, los de Abascal pretenden acusar también en la causa que se dirige contra el ala radical de los CDR, denominado ERT. Desde Vox consideran que "los llamamientos realizados desde cuentas oficiales de los CDR a movilizaciones de protesta evidencian la conexión de los hechos investigados con el objetivo
de subvertir el orden constitucional".
Esta vez, a diferencia de lo que sucedió durante la instrucción de la causa contra los líderes del procés, hay otras entidades que han pedido personarse. Hasta ahora ha trascendido la solicitud de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y la de Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVO).
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VOX se querella contra los CDR por tenencia de explosivos, conspiración para la rebelión y organización terrorista.
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— VOX ?? (@vox_es) September 26, 2019
Cementerio de querellas
Vox ha intentado en varias ocasiones llevar a los tribunales a sus adversarios políticos: desde el independentismo hasta el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Y aunque tuvo éxito al ser la única acusación en el juicio del procés, acumula un cementerio de querellas.
La Justicia ha desestimado sus demandas contra Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, Carles Puigdemont y Quim Torra. Los magistrados han rechazado, una y otra vez, los escritos del partido al considerar que carecen de "sustento fáctico y jurídico". El contenido de las querellas de Vox no suele trascender hasta que obtienen respuesta de los tribunales.
Una de las negativas más fuertes que ha recibido ha sido propinada por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, quien increpó a la formación por sus "meros fuegos de artificio destinados a adornar una querella ya de por si ayuna de todo sustento fáctico y jurídico". Se trataba de la querella contra el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero por un presunto delito de colaboración con ETA.
Vox se encuentra a la espera de una respuesta a su nueva iniciativa judicial contra los siete miembros de los CDR
El propio Tribunal Supremo, que le permitió ejercer la acusación en la causa contra Oriol Junqueras y otros exmandatarios de la Generalitat de Cataluña, tumbó la querella contra Quim Torra. La Sala de lo Penal fue tajante: "No se ofrecen elementos o principios de prueba que avalen razonablemente la comisión de un hecho delictivo de las características de la rebelión". Es decir, que el tuit del que se valió Vox para interponer la querella no era suficiente.
Ahora, Vox se encuentra a la espera de una respuesta a su nueva iniciativa judicial contra los siete miembros de los CDR. El juez no comunicará su decisión hasta que se levante el secreto de sumario que pesa sobre la causa. Y, en este caso, es necesario tener en cuenta que quien haya realizado la petición primero marcará el camino y el resto deberá actuar bajo su dirección letrada.
