España

Génova ordena 'guante de seda' con Ciudadanos hasta las generales

El PP no quiere conflictos con Ciudadanos hasta las generales. Quizás necesite sus escaños para gobernar. Desde Génova se conduce esta estrategia. Andalucía y Cataluña siguen la instrucción a rajatabla.

  • El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.

El Partido Popular no quiere ningún tipo de conflictos con Ciudadanos de aquí a diciembre. Los escaños de Rivera pueden resultar imprescindibles a la hora de formar mayoría de Gobierno. De ahí que en Génova se han impartido instrucciones en esa dirección. Ya hay evidencias palpables.

El PP andaluz, por ejemplo, ha tenido que enterrar el hacha de guerra contra Ciudadanos en el pulso que mantienen por la creación de una comisión de investigación por fraude de los cursos de formación. Cada partido ha presentado una petición por su cuenta. La de Ciudadanos, mucho más blanda. No se plantea, por ejemplo, pedir la comparecencia de Susana Díaz, presidenta gracias a sus votos.

El PP tiene complicado mostrarse complaciente con los representantes de Ciudadanos en Andalucía, Están en las antípodas

Suspensión de declaraciones

El PP andaluz ha reclamado con insistencia la declaración tanto de Chaves y Griñán como de la actual líder andaluza. Cuenta con el respaldo de Podemos. También se mostraba contrario a suspender las sesiones durante el mes de diciembre, para no interferir en la campaña electoral. Ciudadanos defendía el paréntesis. La número dos del PP andaluz, Lolez López, saltó a la yugular de Juan Marín, el hombre de Ciudadanos en la región. Poco tiempo duró la tormenta. Este lunes, el líder de los populares andaluces torció el rumbo trazado por su grupo parlamentario. Recién salido del Comité Ejecutivo de Génova, Moreno Bonilla se situó en el extremo opuesto a su fiel colaboradora al señalar que veía razonable la suspensión de los debates durante la campaña. Al cabo, es lo que hizo el Supremo con las declaraciones de Chaves y Griñán durante las autonómicas andaluzas a primeros de año.

El PP tiene complicado mostrarse complaciente con los representantes de Ciudadanos en Andalucía, Están en las antípodas. El partido de Rivera se sitúa en permanente luna de miel con el PSOE en tanto que Moreno Bonilla tiene que arremeter diariamente contra el equipo de Gobierno socialista y sus apoyos parlamentarios. Es decir, Ciudadanos. Ahora deberá suavizar los ataques, dar un giro a su actuación, limar las aristas, enterrar las armas arrojadizas y actuar como 'chicos buenos'. Juan Manuel Moreno necesita arrebatarle espacios electorales a Ciudadanos pero, según Génova, es mejor opción no enojar demasiado a quien en el futuro puede ser su socio imprescindible.

En Madrid, por ejemplo, el PP y Ciudadanos van de la mano sin problema alguno. Una pareja feliz. De vez en cuando, Ignacio Aguado, líder del equipo naranja en la Comunidad, levanta algo la voz y Cristina Cifuentes le hace una carantoña afectuosa. Todos contentos.

En Cataluña, el escenario es bien distinto porque ambas formaciones se disputan un electorado prácticamente común, un espectro social compartido. Antinacionalistas y beligerantes con la secesión. García Albiol ha evitado todo tipo de tarascada dialéctica contra Inés Arrimadas, la candidata de Ciudadanos a la Generalitat. Albiol amagó, en el arranque de su campaña, algún codazo 'reglamentario' contra sus rivales. Poco a poco ha modulado el mensaje hasta convertirse en una oferta permanente de gobernar juntos en el caso de que la aritmética parlamentaria que salga de las urnas lo permita. El objetivo es desalojar a los separatistas del poder. Y PP y Ciudadanos pueden ir perfectamente de la mano.

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