Disfrutar de la naturaleza y hacerlo con comodidad parece que está reñido, al menos en Santa Margalida. En esta localidad mallorquina, grupos ecologistas y ayuntamiento están enzarzados en una pelea por quítame de allí estas hamacas.
Para unos, no está justificado instalar tamañas comodidades en un espacio natural protegido como es el de Na Borges. Para otros, esta intervención no supone ningún 'crimen' contra el equilibrio ecológico de la zona, y además favorecerá el descanso y la armonía entre los visitantes de la playa de Son Serra.
Instalar las hamacas alteraría el sistema de dunas de la playa
La razón que esgrimen los ecologistas, como ha podido saber este Buscón, es que instalar las tan peligrosas hamacas alteraría el sistema de dunas del lecho playero; y además, como parece lógico, incrementaría el número de asiduos a tostarse al sol mediterráneo.
De momento, y casi a las puertas de la temporada alta, la controversia está lejos de resolverse. Varias cadenas humanas y manifestaciones están poniendo al consistorio de Santa Margalida contra las cuerdas. Pero ya se sabe que, cuando en el horizonte se vislumbra un negocio, aunque sea un modesto negocio de hamacas, los argumentos naturales se disuelven como arenilla.