La noticia sacudió la última Semana Santa sevillana. Las autoridades marroquíes arrestaron a un joven acusado de querer atentar en la capital andaluza aprovechando la salida de las hermandades y los pasos. Se trata de Zohair El Bouhdidi, de apenas 23 años de edad. Fuentes de la lucha antiterrorista informan ahora a Vozpópuli de que las autoridades españolas le seguían la pista desde hace al menos dos años.
En 2017 el Juzgado de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional que entonces dirigía el magistrado Fernando Andreu abrió unas diligencias previas contra él, concretamente las 16/2017. Las fuentes consultadas por este periódico precisan que las pesquisas contra él se iniciaron una vez tuvieron indicios de que se había radicalizado y había expresado sus ganas de dirigirse a zonas de adiestramiento y combate yihadista.
Por entonces, aún estaba en auge el desplazamiento de ciudadanos de diversos países europeos a zonas en conflicto como Siria o Irak para unirse a las filas de Estado Islámico. También a zonas del Sahel, en África, donde también operan grupos yihadistas. Desde España emprendieron ese camino (la hégira en la terminología de los terroristas) más de 200 hombres y mujeres de los cuáles muchos han muerto.
Esta era una de las principales preocupaciones de las fuerzas de seguridad que provocó la reforma del Código Penal para hacer frente de manera más efectiva este nuevo fenómeno criminal. En muchas ocasiones procedían a arrestar en cuanto tenían pruebas suficientes para presentar al juez sin esperar a que el sospechoso diese pasos que pudiesen generar un riesgo para la seguridad. Se trata de un política preventiva, según reconocen los expertos en la lucha antiterrorista.
Un segundo detenido, también investigado
No fue este el caso de El Bouhididi quien siguió en libertad, pero desde entonces bajo el radar de las fuerzas de seguridad. Así hasta el mes pasado en una operación conjunta entre la policía marroquí y la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional española. Paralelamente a su arresto, se procedió a registrar la casa en la que vivía en Sevilla, ubicada en la calle Ortega y Gasset.
Las pesquisas contra él se iniciaron una vez tuvieron indicios de que se había radicalizado y expresado sus ganas de dirigirse a zonas de adiestramiento y combate yihadista
En la misma situación se encontraba un segundo detenido días después por su relación con Bouhdidi. Se trata de Salah Eddine Taiebi Mezenoud y también estaba bajo investigación en las mismas diligencias 16/2017 del Juzgado de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, según las mismas fuentes. Ambos eran compañeros de la universidad.
Este segundo arresto se produjo también en Sevilla y estuvo acompañado de un registro en la calle Thailandia de la ciudada hispalense. Eddine Taiebi, con DNI español, quedó en libertad de nuevo tras pasar a disposición del nuevo titular del Juzgado de instrucción número 4 que ahora dirige el juez José Luis Calama.