La crisis de Gobierno que el presidente Pedro Sánchez quiere cerrar en las próximas semanas, o como muy tarde en septiembre, está generando todo tipo de movimiento en los ministerios. En algunos departamentos de peso, tal y como ha podido saber Vozpópuli, se abre incluso a la salida de Irene Montero, a quien la Moncloa considera que "desgasta la imagen" del Ejecutivo. Para que la operación salga adelante, no obstante, es esencial que Yolanda Díaz de su visto bueno. En estos ministerios consideran que Díaz puede asumir un "sacrificio" de los suyos en aras de consolidar su figura política.
Algunos ministros socialistas llevan en esta operación semanas, tal y como ya adelantó este diario. Pero el acercamiento de la crisis de Gobierno ha alimentado las voces que señalan a Irene Montero como una ministra en la cuerda floja. Los más activos en este sentido son algunos de corte económico y la vicepresidencia que controla Carmen Calvo, a quien también casi todos dan de salida. La ecuación que barajan es, de hecho, un alejamiento pactado de Calvo y de la propia ministra y número dos de Podemos. Las dos han protagonizado varios choques durante los meses de cogobierno.
Con términos como "estará fuera", las fuentes consultadas coinciden en que Montero podría perder el cargo de aquí a las próximas semanas. Es cierto que todo está bajo el estricto control de la Moncloa y Sánchez, pero el hecho de que algunas terminales mediáticas muy afines al PSOE hayan centrado el tiro en la ministra de Podemos, recuperando las especulaciones sobre la ruptura sentimental con Pablo Iglesias, que el partido desmiente categóricamente, ha sorprendido incluso en el sector morado del Gobierno.
"Montero ha cumplido"
En Podemos algunos se adelantan a posibles acontecimientos. Afirman que, pase lo que pase, después de la aprobación en el Consejo de la Ley Trans y de la Ley de Libertad Sexual, "se puede concluir que Montero ha cumplido". En las últimas semanas, se activó incluso un debate interno para hablar de la crisis de Gobierno, en el que algunos argumentaron que sería más conveniente dejar caer a Ione Belarra para que se centre en relanzar la formación después de Vistalegre IV.
La ausencia de Irene Montero el pasado martes en la rueda de prensa del Gobierno después de la aprobación en el Consejo de la Ley del solo sí es sí generó mucho malestar en la formación morada. La sensación de que Sánchez ha cambiado en sus relaciones con los morados después de la salida de Iglesias está ganando terreno en el partido morado. Y también crece la tensión. Juan Carlos Monedero, por ejemplo, arremetió el pasado martes contra los socialistas por ese extremo. Y advirtió: "Sin generosidad, las coaliciones no funcionan".
Los socialistas argumentan que Irene Montero es un perfil que desgasta el Ejecutivo, y temen que, después de los pulsos de los últimos meses, pueda buscar más protagonismo en otras políticas estratégicas y muy delicadas como el aborto -Igualdad quiere eliminar los tres días de reflexión obligatoria antes de abortar- y la objeción de conciencia. La campaña que se lanzó el pasado jueves contra la ministra de sectores considerados afines al PSOE ha incluso sorprendido a algunos miembros de Podemos.
Para que la operación salga adelante, los sectores del Gobierno involucrados asumen, no obstante, que es esencial contar con el apoyo (directo o en la sombra) de Yolanda Díaz. En el Ejecutivo aseguran que las relaciones entre Díaz y Montero han empeorado. Incluso en Podemos admiten que hay preocupación por el silencio de Yolanda Díaz con respecto a su candidatura de cara a las próximas generales, y por su "agenda propia" y contactos con Ada Colau e incluso miembros de Más País.
Garzón y las contrapartidas
La salida de Pablo Iglesias, además, afecta a Irene Montero. Para los socialistas el hecho de que el exlíder de Podemos haya salido de la ecuación "debilita" a la ministra de Igualdad. Algo parecido se puede afirmar de Garzón, quien activó la polémica sobre la carne como maniobra clásica destinada a intentar salvar el cargo.
Al igual que durante la polémica sobre el Rey, Garzón quiere blindarse argumentando que su cese se debería a los "poderes económicos". Pero la respuesta contundente de Sánchez en la mañana de ayer ha preocupado a los afines del coordinador de IU: "A mí, donde me pongan un chuletón al punto. Eso es imbatible", dijo el presidente del Gobierno sonriendo. Esa respuesta puede afianzar según fuentes socialistas también su salida. Aunque en Unidas Podemos frenan: "Sin contrapartida no se irá. Porque puede reactivar IU y arruinar Podemos, y esto Sánchez lo sabe". Quien, en cambio, se siente blindado es el ministro de Universidades, Manuel Castells.
Yolanda Díaz es en toda esa operación la pieza clave. Sin tener el respaldo de la ministra de Trabajo, será casi imposible sellar una operación de esta envergadura. Pero en algunos ministerios socialistas creen que Díaz puede sumarse a la iniciativa, y que su presencia garantizaría los apoyos de Unidas Podemos para el resto de la legislatura. "Tiene la oportunidad de cobrarse alguna víctima en esta crisis y venderlo como un sacrificio", zanjan.