Diana Taurasi acaba de tomar una decisión difícil: renunciar a jugar en la WNBA. La jugadora estadounidense no ha podido decir no a una 'proposición indecente': un millón y medio de dólares en el Ekaterimburgo, lugar en el que compartirá equipo con Alba Torrens y Silvia Domínguez. "La naturaleza del basket femenino de elite a nivel internacional tiene su desgaste y habría sido irresponsable no aceptar la oferta del equipo ruso. Me ofrecieron cobrar por descansar y decidí aceptarlo. Quiero poder cuidar de mi y de mi familia cuando me retire del baloncesto", comenta la estadounidense, que sienta un precedente en la liga y abre la puerta a otras jugadoras para marcharse a Europa y no hacer carrera en la liga estadounidense. No le han puesto muchas trabas para su marcha, la jefa de la WNBA, Laurel Richie, ha declarado que entiende su decisión: "Ella ha jugado a un increíble nivel en los últimos diez años y es algo a destacar".Taurasi, que se niega a cumplir la norma FIBA que le exige llevar pantalones por encima de la rodilla, es una celebridad en el baloncesto americano, ha ganado tres anillos de campeona, fue la mejor jugadora de la última final y ha salido en numerosas revistas. Quizá su reportaje más recordado es el de ESPN Magazine, en el especial de cuerpos de la revista, la respuesta anual de la revista al número de bañadores de Sports Illustrated.

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