Corea del Norte es el país más hermético del planeta. Y su actual gobernante, Kim Jong-un, heredó el liderazgo de la única dinastía comunista de la historia a raíz de la muerte de su padre, Kim Jong-il, en diciembre de 2011. En Corea del Norte hay un único partido, el Partido de Trabajo de Corea (PTC) y los 24 millones de coreanos que conforman la población viven resignados a rendir culto a su actual líder, Kim Jong-un, al que también se le conoce por los sobrenombres de 'Brillante camarada' y 'Joven General'.
Para ganar popularidad entre la población y afianzar su posición frente al Ejército, el joven Kim Jong-un lleva a cabo demostraciones de fuerza que ponen en alerta a la comunidad internacional. La más reciente, el anuncio de una prueba de misiles que ha puesto en guardia a Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. Hasta ahora, todas estas amenazas lanzadas desde Pyongyang han quedado en nada, lo que hace pensar a algunos expertos que se trata de "propaganda" emitida por el régimen.
Manuel Ansede, periodista español y veterinario (que trabajó en Público y que actualmente trabaja en esmateria), entró en Corea del Norte en 2010, cuando gobernaba el 'Querido líder' Kim Jong-il. Lo consiguió a través de la Asociación de Amistad con Corea, una organización de occidentales que apoyan la dictadura y cuyo presidente es el español Alejandro Cao de Benós (que además posee la nacionalidad norcoreana). Cuenta Manuel que viajó desde Pekín a Pyongyang junto con un pequeño grupo de occidentales. Fueron diez días en Corea del Norte y nueve noches de hotel, por las que pagó una cantidad cercana a los 2.000 euros.
Al llegar a Pyongyang "no podíamos pasear por la ciudad", explica. "Es la primera vez que piso una ciudad y no veo a ningún minusválido, a ninguna persona ciega, ni a ningún síndrome de Down. No ves a nadie que tenga una mácula" expone con sorpresa. Y es que el régimen expulsa a otros pueblos a las personas con cualquier minusvalía para que la capital del país pueda mostrarse como un escaparate perfecto.
El joven Kim Jong-un lleva a cabo demostraciones de fuerza para ganar popularidad entre la población
En el 'tour' por el país siempre iban acompañados por dos o tres vigilantes que un día les llevaron a pasear por un parque de Pyongyang. Dice Manuel que le llamó la atención ver a gente con gesto serio por la calle. Y Sin embargo, al llegar al parque se encontraron a un grupo de personas divirtiéndose. "Avanzamos unos metros y cuando me giré ya estaban recogiendo sus cosas" señala. Esas personas estaban allí para figurar, lo que según sus propias palabras indica que "es así de marciano, es una dictadura delirante".
Un 'show' para turistas
En otra de sus visitas les llevaron a un parque de atracciones que era verdaderamente muy moderno. De acuerdo con Manuel el parque estaba lleno de gente y "todo el mundo estaba haciendo cola en fila de a uno sin hablar entre ellos", lo que le causó la sensación de que montaban las colas cuando iban los extranjeros. Como si el régimen utilizara figurantes, "un show para turistas" en palabras de Ansede.
Apunta también que cuando estuvo en el país comunista coincidió con la designación explícita de Kim Jong-un como sucesor. Un nombramiento que fue en cierto modo sorprendente, ya que el 'Joven general' es el benjamín de los tres hijos que tuvo Kim Jong-il. Según algunos historiadores su elección se debió al error cometido por el mayor de los hermanos, Kim Jong Nam, al ser arrestado en el aeropuerto de Tokio portando un pasaporte falso. La excusa que puso fue que quería visitar el parque de atracciones Tokio Disneyland. El siguiente en la línea sucesoría, Kim Jong Chul, fue descartado por el padre al considerarle "demasiado afeminado" para dirigir el país.
El PSOE regaló al régimen una medalla de Pablo Iglesias en la década de los setenta
El caso es que, según expone Manuel, el día del nombramiento de Kim Jong-un como sucesor "pasaban los misiles y la gente se levantaba de forma impostada. Y cuando llegó el momento del discurso ante la plana mayor del Ejército, un grupo de veinte personas se levantaba y aplaudía durante unos segundos. Más tarde, hacia lo propio otro grupo situado en el otro extremo del graderío. Había una multitud de 5.000 personas pero sólo aplaudían grupos reducidos cuando les enfocaba la televisión oficial".
Otra de las cosas que el régimen comunista muestra a los extranjeros es un mausoleo donde se guardan los regalos que son enviados a sus dirigentes. La lista de obsequios es larguísima. La mayoría de las dádivas tienen como destinatario a Kim Il-sung, padre de Kim Jong-il y abuelo de Kim Jong-un. A Manuel le llamaron la atención una placa de Pablo Iglesias que fue regalada por el PSOE en la década de los 70, y un cocodrilo disecado vestido de camarero que sujetaba una bandeja con bebidas. Al parecer, el cocodrilo fue un regalo realizado en los años 80 por los dirigentes del movimiento sandinista de Nicaragua. Este mausoleo de regalos, absolutamente suntuoso, se encuentra encajado en la montaña de Myohyang para preservarlo de posibles ataques nucleares.
https://youtube.com/watch?v=TWen7mFuQY8
Llantos fingidos en el entierro del primer dictador, Kim Il-sung
Un negocio montado por una dictadura sanguinaria
El culto a la personalidad es otra de las características definitorias de la dictadura norcoreana. Una de las primeras cosas que obligan a hacer a los extranjeros al llegar a Pyongyang es visitar una enorme estatua de bronce de Kim Il-sung de aproximadamente 20 metros de altura, a la que han de hacer una reverencia llevando a cabo una inclinación de noventa grados. Durante las visitas al país también es frecuente que los norcoreanos saquen fotos a los extranjeros. Incluso la televisión norcoreana (KCTV) graba a los turistas, forma parte de la propaganda del régimen. "Yo salí unas cuatro o cinco veces en la televisión del país" asegura Manuel.
Los extranjeros también son llevados a sitios sagrados de la dictadura. Cuando uno visita el país no tiene libertad de movimientos, siempre va a acompañado por sus guías o 'vigilantes', que se ocupan de que la imagen a mostrar sea la mejor posible. "Pero desde el autobús veías a campesinos que vivían en condiciones miserables" reconoce el periodista, que entró gracias a su condición de veterinario.
En el país hay seis campos de concentración que albergan a 200.000 prisioneros políticos
Hasta tal punto llega la adoración al sátrapa que en los karaokes de la capital todas las canciones que uno puede cantar contienen alabanzas al líder. Es tal su adoración al mandatario de turno que, según cuenta Manuel, "al montar en Pekín en el avión te dan un periódico en inglés: el Pyongyang news. Y al doblarlo no puedes hacerlo de cualquier forma, sino que tienes que guardar especial cuidado para no arrugar la cara del líder".
Por otra parte, Corea del Norte presume de la no existencia de homosexuales en el país y de la falta absoluta de paro. Es tan excesivo y delirante el culto al líder que Kim Jong-un acude a todas partes acompañado de un cortejo de militares que portan cuadernos en los que apuntan todo lo que dice el dictador.
Al margen de todos estos detalles excéntricos que rodean a esta nación comunista, el análisis de Manuel es que "Corea del Norte no es más que un país convertido en una jaula". La gente no sabe quién es Michael Jackson y no tienen conciencia de que el hombre ha llegado a la luna. No conocen tampoco lo que es YouTube, Facebook, ni Twitter. Además, al que deserta del Ejército o trata de escapar de los campos de concentración lo que le espera es un tiro en la cabeza. Según Amnistía Internacional, en Corea del Norte hay al menos seis campos de concentración que albergarían a más de 200.000 prisioneros políticos. Manuel termina la charla haciendo la siguiente reflexión: "Se trata de un negocio montado por una dictadura sanguinaria".