Unos 62 millones de alemanes deciden este domingo la composición del Parlamento durante los próximos cuatro años. Cinco partidos aspiran a formar coaliciones de las que saldrá el Gobierno. Los dos más fuertes, la CDU de Angela Merkel y el SPD de Peer Steinbrück, luchan por poner a su candidato al frente de la Cancillería.
Los últimos sondeos dan como ganador al partido de Merkel, que vencería en los comicios por tercera vez consecutiva. Con un 40% de los votos según las últimas encuestas, están obligados a formar una coalición, a falta de saber quién será su socio. Para formar Gobierno, los cristiano-demócratas están obligados a pactar, bien con su actual socio, los liberales del FPD, bien repitiendo la gran coalición que formaron con el SPD en 2005.
Un sistema electoral complejo
Alemania utiliza un sistema electoral complejo, denominado de representación proporcional personalizada. Más allá de lo enrevesado de su denominación, se traduce en la práctica como un sistema mixto, que combina listas abiertas y listas cerradas. Cada papeleta tiene dos partes: la lista abierta, en la que cada elector puede escoger a cualquiera de los candidatos que se presentan por su circunscripción (en total hay 299), y la lista cerrada, en la que se escoge un partido (hay 16 listas, una para cada uno de los estados federales).
El segundo voto se utiliza para calcular el porcentaje de escaños que cada formación tendrá en el Parlamento; el primero, para elegir a los diputados que entrarán por mandato directo, para lo que deben salir elegidos en su distrito con mayoría simple. Sólo estarán representados en la Cámara aquellos partidos que hayan obtenido un 5%.
En caso de que un partido obtenga más mandatos directos que el número de escaños que le corresponden por porcentaje, puede retener estos escaños, lo que aumentaría el número de diputados. Por este motivo, tras las elecciones de 2009, el Bundestag pasó de los 598 escaños fijos a 620.
Aunque Alemania cuenta con otra cámara, el Bundesrat, los ciudadanos sólo eligen a los miembros del Bundestag. Las funciones del Bundesrat se limitan a cuestiones que afectan a los estados federados, y sus miembros son designados por las instituciones regionales.
¿Volverá la gran coalición?
Los diputados que formen la 18ª legislatura del Bundestag elegirán al canciller. El sistema electoral y el reparto de escaños (Alemania emplea el método de Sainte-Laguë) favorecen la formación de coaliciones, y eso es lo que deberá hacer Merkel si quiere renovar su mandato.
Según el sondeo más reciente, del grupo Wahlen para la cadena pública ZDF, publicado a tan sólo tres días de los comicios, la CDU de la canciller se posiciona como el partido más votado, con el 40%. Le seguirían los socialdemócratas del SPD, con el 27%. La tercera fuerza serían Los Verdes, con el 9%, seguidos de La Izquierda, con el 8%.
La gran duda de estas elecciones son los liberales. En las elecciones de Baviera, celebradas hace tan sólo una semana, únicamente lograron un 3%, perdiendo su representación en la región. Ante el miedo a que se repita el resultado a nivel nacional, el partido del vicecanciller, Philipp Rösler, pidió ayuda a los democristianos para recuperar la confianza de los votantes y poder mantener así la coalición que actualmente gobierna.
El próximo Gobierno depende más de lo que parece del resultado de los liberales. El FDP ha sufrido una auténtica sangría de votos, hasta el punto de no tener asegurada su entrada en el Bundestag, ya que podrían quedarse por debajo del 5% necesario para entrar en la Cámara. Los pronósticos no son nada tranquilizadores para el partido que en 2009 se consolidó como la tercera fuerza más votada con un 14,6%.
Además del negro-amarillo (CDU-FDP), hay otra combinación de colores posible para el próximo Ejecutivo: rojo-rojo-verde, es decir, SPD, La Izquierda y Los Verdes. Si los liberales finalmente se quedan fuera del Parlamento, el próximo Gobierno alemán podría ser tripartito y Angela Merkel ya no sería la canciller. Sin embargo, esta parece la combinación más difícil, ya que el SPD y La Izquierda no parecen dispuestos a unirse.
La debacle del FDP y la negativa de La Izquierda apuntalan la hipótesis de una gran coalición negro-rojo como la que gobernó tras las elecciones de 2005. El presidente del instituto de encuestas Emnid, Klaus-Peter Schopepper, afirmó en declaraciones recogidas por la Deutsche Welle que “existe una posibilidad de 50-50 de que haya una gran coalición. Es realmente la única opción posible si el actual Gobierno no es elegido”.
En este caso, los conservadores tendrán que pactar con los socialdemócratas y se verían forzados a ceder algunos de los ministerios más relevantes, además de aceptar las directrices de los de Steinbrück en política fiscal y salarial.
Tras el cierre de las urnas, lo más probable es que los números permitan a Angela Merkel seguir siendo la canciller de Alemania durante otros cuatro años más. La incógnita es quién la acompañará en su tercer mandato.