La mazamorra de maíz de García Márquez en El Coronel no tiene quien le escriba; los perritos calientes de Kennedy Toole en La conjura de los necios; los riñones hervidos de Carlos Fuentes en Aura, Las Magdalenas de Proust o el curry de Marías en Mañana en la batalla piensa en mí. Bocados literarios, hechos al fuego lento de la sazón narrativa.

A la velocidad que un nuevo rascacielos araña el cielo plomizo de Shanghai, una ignota obra de arte contemporáneo del algún artista del Gran Dragón se cotiza al alza en las casas de subastas más prestigiosas del mundo.  En una ciudad donde los días se consumen en doce horas el valor de un cuadro, de una escultura o de una fotografía sube y baja de precio de una mañana a otra. Esa misma pintura, esa forma o imagen esconden una historia que las máquinas excavadoras amenazan con destruir para levantar una metrópoli sin alma. Sin recuerdos a los que aferrarse y cuentos que narrar. Moganshan Lu es la cuna del arte moderno en esta urbe de color gris construida por especuladores e imaginada por artistas. 

Además de lograr que los socios compromisarios aprobaran todas la cuentas, con unos números espectaculares, el presidente del Real Madrid aprovechó la Asamblea General Ordinaria del club para reconocer que la temporada pasada no fue buena en el terreno deportivo. Además, Florentino desmintió que él o alguien de su directiva esté detrás de la suplencia de Casillas y mandó un recado a la Prensa: "Hay mucha gente que se cree que con una pluma o un micrófono tiene un poder que trasciende, pero el Real Madrid sigue siendo de sus socios, no de un periodista ni de los medios".

Sebastian Vettel (Red Bull) se proclamó ganador del Gran Premio de Singapur, la decimotercera de las 19 carreras del Mundial de Fórmula 1, disputada en el circuito urbano nocturno de Marina Bay, con Fernando Alonso (Ferrari) en segundo lugar. El piloto alemán afianza su liderato en el Mundial, estableciendo la diferencia con Alonso, segundo clasificado, en 60 puntos.

La iniciativa de Botín colocando de nuevo a Rato, el más notorio de los caballeros de la tabla redonda de la derecha política española, en nómina del Santander, se ha convertido en perfecto ejemplo de esas “elites extractivas” a las que aluden Daron Acemoglu y James Robinson y su celebrado Why Nations Fail, una obra convertida ya en un clásico.