Bélgica puso fin este jueves a su récord de días sin un Gobierno federal en plenas funciones, desde diciembre de 2018, con el juramento del liberal flamenco Alexander De Croo ante el rey Felipe de los belgas como primer ministro.
493 días después de las últimas elecciones, de mayo de 2019, y 650 después de la caída del Gobierno federal que presidía el liberal francófono Charles Michel, Bélgica vuelve a contar con un Ejecutivo pleno tras batir un nuevo récord temporal para conseguir formarlo, que ha superado al de 541 días entre 2010 y 2011.
De Croo dirigirá un Gobierno con 15 ministros (incluido él) y cinco secretarios de Estado, según los medios belgas, pertenecientes a siete formaciones de cuatro familias políticas: socialistas, liberales y ecologistas, tanto flamencos como francófonos, además de los democristianos flamencos.
No participó en las negociaciones de esta coalición el partido que ganó los últimos comicios, los soberanistas flamencos de la N-VA, el partido más votado en Flandes (región norte) seguido de la extrema derecha del Vlaams Belang.
Precisamente la marcha de la N-VA (Nueva Alianza Flamenca) de la coalición que dirigía Michel en 2018 propició la dimisión de ese Gobierno, por la oposición de los soberanistas a que Bélgica se comprometiera con el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de la ONU.
Discurso ante los diputados
Tras prestar juramento ante el rey, De Croo pronunciará por la tarde un discurso ante los diputados belgas, reunidos de forma excepcional en el hemiciclo del Parlamento Europeo para poder guardar distancia de seguridad por la pandemia de coronavirus.
Hoy concluía el mandato de la liberal francófona del MR Sophie Wilmès como primera ministra en funciones, lo que obligó a los partidos a acelerar las últimas negociaciones para tener listo el contenido de un acuerdo de Gobierno, algo que lograron el miércoles, al igual que la decisión sobre el nombre del nuevo jefe del Ejecutivo.
El propio De Croo y el líder de los socialistas francófonos, Paul Magnette, encabezaron las negociaciones, por lo que se daba por hecho que uno de los dos acabaría ocupando el puesto al frente del Gobierno.