Aunque muchos podrían pensar que lo que está perdiendo Kim Jong-un es la cabeza, de acuerdo con la estricta política que aplica con mano dura sobre su pueblo y cualquier forma de oposición, lo cierto es que de lo que anda corto es de cejas. Al menos eso es lo que se aprecia si se echa un vistazo al look que el joven líder norcoreano lució el pasado día 1 de enero, con motivo de su discurso de Año Nuevo emitido por televisión.
Lo más destacado de ese mensaje, políticamente hablando, fue el ofrecimiento de Kim de discutir con sus vecinos del Sur un posible deshielo en las relaciones entre ambos países -"no hay razón para no mantener conversaciones del más alto nivel", dijo-. Sin embargo, un análisis más en profundidad de su intervención permite observar un giro si cabe más radical en el mandatario: sus cejas se han convertido en apenas dos breves puntos sobre sus ojos, como si el evidente desgaste de un régimen caduco hubiese afectado también a su físico... O eso, o es que se le ha ido la mano con la maquinilla, como apunta el South China Morning Post.
El régimen respondió de forma furibunda en 2012 a los rumores que sugerían que Kim había pasado por el quirófano
Y es que, al menos en lo que a escenografía se refiere, lo único que ha cambiado con respecto a los anteriores discursos de Año Nuevo del dictador norcoreano son sus cejas. El resto -atuendo, pose, decorado, etc- coincide con el de los años precedentes.
"Repugnante acto criminal"
El citado diario con sede en Hong Kong recuerda cómo el discurso de 2013 ya estuvo precedido de las feroces críticas del régimen de Pyongyang a los rumores que apuntaban a que el líder habría pasado por el quirófano para parecerse aún más a su abuelo, Kim Il-sung. "Esas falsas informaciones distribuidas por nuestros enemigos son un repugnante acto criminal que el partido, el Estado, el Ejército y el pueblo nunca pueden tolerar", fue la furibunda reacción del régimen. Habrá que ver cómo responde ahora al cotilleo sobre las cejas menguantes de Kim...
