Europa parece haber despertado de un largo sueño. Tras un año en el que las instituciones humanitarias venían avisando de la creciente ola de inmigrantes, víctimas de conflictos bélicos y persecuciones en sus países, el incremento durante estos meses de verano y los accidentes acaecidos en estos precarios viajes han hecho saltar las alarmas. Desde que empezara el año, más de 300.000 refugiados han llegado a Europa, según los últimos datos de Acnur. Sus principales destinos son Italia y Grecia, aunque con los ojos puestos en destinos con más oportunidades como Alemania. Mientras tanto, la UE intenta acordar qué hacer con ellos. “Un reparto justo, con una cuota vinculante”, defendía este jueves el primer ministro austriaco Werner Faymann en su reunión con Angela Merkel, que pedía que “Europa, como continente rico, está en situación de resolver el problema”. Pero, si finalmente se da, como han pedido Alemania y Francia, una “respuesta unificada” poniendo en marcha un sistema de reparto de refugiados, ¿qué futuro les espera en Europa a estas personas?
El 18,5% de los inmigrantes en la UE están en riesgo de pobreza aun teniendo empleo
Pese a que la situación que tendrán en la UE con respecto a las causas que les llevaron a abandonar su patria sea en muchos casos mejor, la realidad es que en asuntos de la vida cotidiana ser un extranjero en Europa supone inferiores posibilidades de prosperar y menores retribuciones. Si tomamos a esas 300.000 personas que han llegado a las fronteras europeas podemos decir que, tomando los datos de los extranjeros residentes en Europa, un vez se establezcan en uno de los 28 países de la UE tendrán bastantes más dificultades que un emigrante europeo o que un nativo.
Empleo
De estos 300.000 refugiados, si tenemos en cuenta los datos de Eurostat sobre inmigración en los últimos años, 215.000 serían personas en edad de trabajar, de las cuales uno de cada cinco -46.000 personas- no tendrá empleo, siendo esta cantidad mayor en países como Grecia o España, donde la tasa de desempleo de los extracomunitarios pasa de un 21,5% a nivel europeo a más de un 40%. Y será aún mayor en el caso de los jóvenes inmigrantes de entre 15 y 29 años, situándose a nivel europeo en un 30,8% y en el caso español en el 37,5%, 13,3 puntos por encima de los nativos. Además, en el caso de perder un empleo, las posibilidades de encontrar otro se vuelven muy complicadas para un extranjero, según reflejan las estadísticas, que apuntan que desde la crisis económica la tasa de parados de larga duración entre personas no nacidas en la UE ha pasado desde un 28,5% en 2009 a un 48,9% en 2013. Mientras tanto, en otros países de los 28 como República Checa o Chipre, la tasa de desempleo de los extranjeros se sitúa por debajo del 10%.
Un ciudadano de un país de fuera de la UE cobra en España una media de 5.790 euros menos que un español
Pero para aquellos que logren integrarse en la vida laboral esto no supone en muchos casos una vía de escape de una situación de riesgo de exclusión social a la que se enfrentan. Y es que el 18,5% de los trabajadores extranjeros en la UE están en riesgo de pobreza aun teniendo empleo - lo que en datos de los recién llegados serían 31.200 trabajadores de los 300.000 refugiados, uno de cada diez- siendo este dato mayor en países como España (26,4%) o Grecia (30,8%), superior en 16,2 y 17,3 puntos respectivamente al de la población nativa. En base a este dato hay que destacar que en la mayoría de los países europeos, un ciudadano extracomunitario cobrará menos que un ciudadano europeo, sea nativo o de otro país de la UE. Si el salario medio en la UE (datos de 2012) se sitúa en los 16.428 euros, el de un inmigrante se sitúa de media a nivel europeo en 12.623 euros, 3.805 euros menos. Las diferencias tornan mucho mayores cuando hablamos de casos concretos, como Luxemburgo, donde un nativo cobra 17.429 euros más que un extranjero, Suecia, donde un nativo cobra 10.899 euros más. En el caso de España, un ciudadano extranjero cobra una media de 7.543 euros al año, lo que supone 5.790 euros menos que un español, según los datos de Eurostat en 2012, que apunta que de todos los países de la UE, solo en Irlanda los extranjeros cobran más que los nativo
Tabla con la media de salarios en función de su procedencia y edad - Eurostat
Pobreza
Además, ser extranjero en muchos países de la UE supone la posibilidad de encontrarse en riesgo de exclusión social con mucha mayor facilidad. En 2012, el 40,3% de los inmigrantes no europeos estaban en riesgo de pobreza, lo que supondría que de los 300.000 refugiados que han llegado a las costas europeas, casi la mitad, 120.000, vivirían según estos datos en riesgo de exclusión social una vez desarrollen su vida en un país de la Unión. Si nos fijamos en el dato por países, la situación se vuelve más dramática en algunos casos, y es que en el país que más refugiados ha recibido, Grecia, los datos se disparan hasta más del 60% y hasta casi el 70% en el caso de la población entre los 16 y los 29 años. Otros países como Malta o Irlanda apenas encuentran diferencias entre el riesgo de exclusión social entre sus ciudadanos y los inmigrantes.
Un 27% de los extranjeros en la UE viven en una situación de hacinamiento en sus viviendas
Pero debido a los bajos salarios que reciben los inmigrantes y a los precios de la vivienda en los países europeos, uno de cada cuatro inmigrantes destina más del 40% de su sueldo en su vivienda. Los casos más destacados son Grecia, Dinamarca y España, con un 72%, un 36% y un 35% de su población extranjera destinando gran parte de sus ganancias en pagar el alquiler. Y esta situación, unida a la altísima tasa de desempleo, lleva en muchos países de la UE a que algunos inmigrantes no tengan más remedio que vivir en viviendas sobreocupadas. Estas viviendas entrarían dentro de la calificación de ‘tasa de hacinamiento’, que indica la proporción de personas en viviendas sobreocupadas - 3 adultos o más por habitación -. En esta terrible situación, que afecta al higiene y a la comodidad de las personas, viven el 27% de los migrantes de fuera de la UE, lo que se traduciría en que de los 300.000 refugiados que han llegado a Europa, contando que el estudio se realiza sobre la población activa (215.000), 58.050 personas vivirían en esta situación cuando se instalen definitivamente en un país de la UE (Y no se estaría contando a los niños ni a los ancianos). En este punto, existen diferencias muy destacables en los diferentes países de la UE: si en Holanda el porcentaje de extranjeros que viven en esta situación se sitúa tan solo en el 4%, en Hungría, Italia o Grecia este dato se dispara hasta valores cercanos al 50%. En el caso de España, la tasa de inmigrantes que viven en estas condiciones se sitúa en el 15,9% -frente a un 3,8% de los ciudadanos españoles-.
Además, hay otro dato que refleja las duras condiciones a las que tienen que enfrentarse los ciudadanos extracomunitarios, y es que un 17,6% de los no europeos que viven en la UE entre los 20 y los 64 años tiene una privación severa de bienes básicos, como la posibilidad de tener una dieta con carne, pollo, o pescado cada dos días, no ser capaz de enfrentar un gasto inesperado, pagar la renta o la calefacción de su hogar. Esta trágica situación la vivirían cerca de 37.000 de los 300.000 refugiados que han llegado a Europa (a los que habría que sumar a sus familiares, que no entran dentro del cálculo). Si esta situación es pequeña en Luxemburgo y Alemania, 2,8% y 4,6% respectivamente, en Grecia y Bélgica se dispara considerablemente, hasta un 49,9% en el caso griego y hasta el 36,6 en el belga.
El 21% de los jóvenes no europeos abandona sus estudios a una edad temprana
Educación
En parte, algunos inmigrantes deciden continuar en estas condiciones con la esperanza de una vida mejor para ellos o para sus hijos. El caso es que pese a que hay muchos jóvenes inmigrantes en la educación europea, los datos reflejan que hay una alta tasa de abandono escolar, de inmigrantes sin estudios superiores y un alto porcentaje de 'ninis' -uno de cada cuatro-. Según los datos de Eurostat, a pesar de la cantidad de extranjeros con títulos superiores sea similar a la de los nativos (en torno al 30%), la cantidad de extranjeros con solo un nivel de educación hasta la secundaria es 16 puntos más alto en ciudadanos que no son de la UE (35,6%) a los nativos. Precisamente los países con los alumnos extranjeros con un menor nivel educativo son los países mediterráneos: Grecia, Italia, España y Malta, todos con valores superiores al 40%. Mientras tanto, en países como Luxemburgo, Polonia o Reino Unido, más de la mitad de los extranjeros tienen estudios universitarios. En relación a las tasas de abandono escolar, el 21% de los jóvenes no europeos abandona sus estudios a una edad temprana. Este dato es especialmente grave en nuestro país, donde el 38% de los inmigrantes abandona los estudios, un dato que supera en casi 19 puntos al de los nativos españoles, que ya de por si es mucho más alto que la media europea.
Mapa de los países más abiertos en temas raciales y étnicos
Pese a todos estos datos que reflejan la dura integración de parte de la población inmigrante en los países de la UE, según el Indice Global de Creatividad de 2015, 8 países europeos se encuentran entre los 15 países más tolerantes del mundo. Por ello, y dada la importancia de los ciudadanos de fuera de la UE en unos países cada vez más envejecidos, Europa enfrenta una crisis migratoria que no acabará en el momento en el que estén distribuidos los refugiados en las distintas ciudades europeas, dado que se pueden encontrar muchas diferencias en los destinos, sino una vez estén integrados en una sociedad que conviva con las personas a las que acoja como convive consigo misma.