El fallido golpe militar del pasado 15 de julio en Turquía, al que ha seguido una ola represora por parte del presidente Recep Tayyip Erdogan, ha supuesto unas pérdidas de al menos unos 89.000 millones de euros para la economía del país euroasiático, según el propio Gobierno de Erdogan. El ministro turco de Comercio y Aduanas, Bülent Tüfenkci cifraba así los costes: "Si consideramos todos esos aviones de guerra, helicópteros, armas, bombas y edificios (dañados), el coste es de 300.000 millones de liras (unos 89.000 millones de euros) como mínimo, según nuestros cálculos iniciales". Tüfenkci, citado por el periódico Hürriyet Daily News, advirtió de que se trata de una primera estimación y que la cifra puede aumentar con cálculos más detallados.Además, se sumarán "varios costes a medio plazo" derivados, por ejemplo, de cancelaciones de encargos desde el exterior o de viajes de turistas, explicó el ministro, según el cual los golpistas "han creado una imagen de Turquía como si fuera del Tercer Mundo". Reconoció asimismo que en el sector turístico se producirán cancelaciones por parte de los más de tres millones de funcionarios turcos a quienes el gobierno ha suspendido sus vacaciones anuales. Según el ministro, ya se ha registrado un millón de cancelaciones de reservas.
La asonada y sus consecuencias es un golpe más para el turismo turco, debilitado ya por varios ataques terroristas y un boicot durante meses de Rusia a raíz del derribo de un caza ruso por parte de Turquía en noviembre pasado, levantado hace pocos días.
Bono basura
Por otro lado, Tüfenkci se congratuló de que a pesar de la tensa situación creada tras el golpe se pudo evitar cerrar bancos y Bolsas, y aseguró que no hubo grandes fugas de capital extranjero.La agencia de calificación crediticia Standard and Poor's (S&P) degradó no obstante, el pasado día 20, la solvencia de Turquía y la deuda a largo plazo del país, tanto en moneda local como extranjera, en un escalón, hasta dejarla en el bono basura o grado especulativo. La agencia ve riesgos para la futura capacidad de pago del país porque considera que a raíz del golpe se está polarizando el escenario político y deteriorando los equilibrios institucionales.