El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, no ha descartado la posibilidad de conceder la ciudadanía británica a millones de habitantes de la antigua colonia de Hong Kong si China aprueba una controvertida ley de seguridad.
El Gobierno ya ha indicado que considera que la propuesta de China de aplicar una ley de seguridad nacional para Hong Kong es una "violación" de las obligaciones internacionales de Pekín y puede perjudicar la libertad de los habitantes de ese territorio.
En un artículo publicado hoy en el diario The Times, el conservador Johnson dijo que el Reino Unido no tiene más opción que mantener los lazos con su antigua colonia, que devolvió a China en julio de 1997.
La semana pasada, el Legislativo chino dio luz verde a la polémica ley, cuyo objetivo es, de manera muy amplia, erradicar cualquier "injerencia extranjera" en la antigua colonia británica.
Esa ley podría supuestamente permitir a las fuerzas de seguridad chinas operar en Hong Kong y llevar a cabo técnicas de represión, algo que hace temer a activistas locales, pues consideran que podría perjudicar las libertades de las que goza la ciudad semiautónoma.
Pasaporte británico
El primer ministro señaló en The Times que, si China aprueba la ley, los habitantes de Hong Kong que disponen del llamado pasaporte Nacional Británico (BNO, en inglés), podrán residir en el Reino Unido por un periodo máximo de 12 meses sin necesidad de contar con visado, frente a los actuales seis meses.
Los pasaportes BNO fueron concedidos a los ciudadanos de Hong Kong antes de que el territorio pasara a China en 1997 y, si bien tienen algunos derechos en materia de política exterior, no se les permite trabajar o vivir permanentemente en el Reino Unido.
Unas 350.000 personas en Hong Kong tienen ese pasaporte, pero se estima que 2,6 millones tienen derecho a él.
Londres estudia concederles otros derechos, como el de empleo, lo que, según Johnson, les situaría "en el camino a la ciudadanía".
Para el jefe del Ejecutivo, una modificación de las reglas de inmigración para atender esta situación en su excolonia, supondría "uno de los mayores cambios en nuestro sistema de visado en la historia británica. Si prueba ser necesario, el Gobierno británico tomará este paso y lo tomará con agrado".
"Mucha gente en Hong Kong teme que su modo de vida, que China prometió mantener, se vea amenazado", agregó Johnson, e insistió en que su país "honrará sus obligaciones y facilitará una alternativa".
Ayer, el ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, dijo en la Cámara de los Comunes (baja) que la propuesta legislación china podría "perjudicar los actuales compromisos de proteger los derechos y las libertades del pueblo de Hong Kong".
En 1984, Londres, bajo el mandato de la conservadora Margaret Thatcher, y Pekín firmaron el llamado acuerdo chino-británico, que consensuó el traspaso de la colonia a China en julio de 1997.
Como parte de esa entrega a China, ambas partes acordaron para Hong Kong el régimen conocido como "un país, dos sistemas".