El primer ministro libio, Ali Zidán, secuestrado en la madrugada de este jueves por un cuerpo de seguridad dependiente del Ministerio de Interior, ha sido liberado tras seis horas, según ha anunciado el portavoz del Gobierno, Mohamed Yehia Kaber, a la agencia de noticias libia, WAL.
"El primer ministro ha sido liberado y se encuentra en buen estado de salud", ha dicho el portavoz, que ha subrayado que Zidan no ha sido puesto en libertad por sus captores, dando a entender que su liberación se ha producido gracias a un intervención de las fuerzas de seguridad.
La liberación se produce poco después de que el Ejecutivo libio exigiera el fin del secuestro en un comunicado leído por el ministro de Justicia, Salah al Margani. "Los secuestradores tienen que asumir la responsabilidad legal, moral y nacional de la seguridad personal del primer ministro y la obligación de liberarlo inmediatamente", ha dicho al Margani.
Asimismo, el ministro ha condenado lo ocurrido, que ha calificado de "crimen" y de "secuestro" y ha subrayado que sus captores tendrán que responder por sus actos ante la justicia. En el mensaje, el Gobierno ha pedido la unidad de todas las fuerzas políticas y civiles y aseguró que la situación de seguridad en Libia "está bajo control".
Al Margani ha explicado que el primer ministro fue secuestrado a primera hora de la mañana en el hotel Corintia de Trípoli por parte de un grupo de hombres armados con armas ligeras y de calibre medio a bordo de 15 vehículos. El cuerpo de seguridad conocido como 'La lucha contra el crimen', formado por antiguos rebeldes dependientes del Ministerio de Interior, ha reivindicado el secuestro y han asegurado que se trataba de una detención. Según los asaltantes, Zidán estaba acusado de atentar contra la seguridad del Estado.
Dos años después del triunfo del levantamiento popular armado que en 2011 puso fin al régimen de Muamar al Gadafi, el Gobierno libio sigue siendo incapaz de imponer su autoridad, en gran parte por la proliferación de armas y la existencia de milicias semiautónomas formadas por exrebeldes, así como por la debilidad de los aparatos de seguridad.