Al menos 25 personas, entre ellas varios estudiantes, profesores y guardias de seguridad, han perdido la vida este miércoles en un asalto talibán a una universidad del norte de Pakistán, en el que han resultado heridas además decenas de personas.
"Ha habido tres explosiones de granadas que han causado 21 muertos confirmados incluyendo profesores y estudiantes, el Ejército ha tomado el edificio y continúa la búsqueda por si hay atacantes ocultos", indicó a Efe un oficial de la Policía regional, Saeed Wazir.
Por su parte, el director general de la oficina de Relaciones Públicas del Ejército, Asim Bajwal, ha informado en su cuenta de Twitter de que sus "francotiradores han matado a dos terroristas más", lo que eleva a cuatro el número de insurgentes muertos. "Las labores de rastreo en la universidad por el Ejército bloque por bloque todavía continúan. No se escuchan disparos", ha confirmado Bajwal.
El ataque ha comenzado hacia las 9.00 (hora local) en la Universidad Bacha Khan de Charsadda, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, cuyo vicerrector, Fazal Rahim, ha asegurado a Efe que entre los fallecidos había al menos cuatro guardias de seguridad y un Policía.
La sombra del ataque de Peshawar
De acuerdo con la Policía provincial, cuatro hombres entraron en la universidad disparando, dejando varias bajas entre los guardias del recinto. A continuación las fuerzas de seguridad acordonaron el perímetro de la institución y mantuvieron un tiroteo con los asaltantes.
Según medios locales, el comandante Umar Mansoor del principal grupo talibán paquistaní, el TTP, ha reivindicado el ataque a la universidad. Charsadda está a unos 40 kilómetros de la capital provincial, Peshawar, donde en diciembre de 2014 el TTP lanzó otro ataque contra una escuela que causó 151 muertos, entre ellos 125 niños.
La provincia es fronteriza con la región de Khyber, donde en octubre de 2014 el Ejército paquistaní inició una ofensiva contra los insurgentes que se sumó a otra lanzada en junio de ese año en el área tribal de Waziristán del Norte.
Los talibanes dijeron entonces que el ataque a la escuela fue una venganza por esas operaciones, en las que han muerto al menos 3.500 insurgentes y 488 miembros de las fuerzas de seguridad paquistaníes, según datos oficiales.