El Parlamento griego ha aprobado de madrugada con amplia mayoría, y pese a las disidencias en Syriza, el primer paquete de reformas acordado con los acreedores que servirá para iniciar las negociaciones sobre el tercer rescate. A favor votaron 229 diputados, frente a 64 que lo hicieron en contra y hubo 6 abstenciones.
La votación estuvo marcada por las disidencias internas de Syriza, y entre los 32 diputados que votaron en contra del acuerdo o se abstuvieron. Entre los que secundaron el voto negativo, estuvo Yanis Varufakis, quien hasta hace diez días era ministro de Finanzas, el ministro de Energía, Panayotis Lafazanis, y tres ministros adjuntos, el de Seguridad Social, Dimitris Stratulis, el de Defensa, Kostas Ísijos y la segunda de Finanzas, Nadia Valavani, que dimitió este miércoles de su cargo.
En su intervención, previa a la votación el primer ministro griego, Alexis Tsipras, llamó a la unidad de su grupo parlamentario. "Yo no haría un favor a nuestros rivales para convertirse en un pequeño paréntesis en el tiempo", dijo Tsipras en alusión a declaraciones del conservador Nueva Democracia, que dijo que el Gobierno izquierdista sería un paréntesis en la historia.
El Gobierno heleno necesitará otros 5.000 millones de euros antes de mediados de agosto, según la troika
Afirmó que tenía tres opciones en la negociación con los socios, aceptar el acuerdo actual, una quiebra desordenada del país o su salida de la eurozona. "Las opciones específicas que tenía frente a mí eran: uno, aceptar un acuerdo con el que estoy en desacuerdo; la segunda, la quiebra desordenada, y teníamos una tercera opción, el 'grexit' (salida de Grecia del euro) consensuado de Schäuble", dijo Tsipras en el Parlamento.
Tsipras recalcó que será el "último" en eludir sus "responsabilidades" y también "el último que facilitará la caída de un Gobierno de izquierdas". Destacó además que no cree en el acuerdo firmado este lunes en el Consejo Europeo, pero aseguró que el Gobierno se ve "obligado a ponerlo en práctica".
Incidentes entre policía y manifestantes
Antes de que el Parlamento diera su visto bueno a las reformas exigidas para el tercer rescate, alrededor de 2.500 personas se manifestaron en Atenas contra el acuerdo alcanzado entre el Gobierno griego y los socios. Una marcha en la que se vivieron momentos de tensión con enfrentamientos entre un grupo de personas y la policía, que lanzó gases lacrimógenos para dispersar la protesta. Los enfrentamientos se produjeron en la céntrica plaza de Syntagma, donde se encuentra la sede del Parlamento, cuando un grupo de personas, de ideología anarquista, según la policía, lanzó cócteles molotov a los agentes, que respondieron con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras.
La policía indicó a la agencia Efe que, por el momento, se han registrado 35 arrestos y que es posible que, contra gran parte de los detenidos, se presenten cargos. El servicio de ambulancias informó de que hubo un herido leve que no quiso ser trasladado al hospital.
Los manifestantes provocaron daños en cajeros automáticos y escaparates e incendiaron dos vehículos, uno en Syntagma y otro, una unidad móvil de televisión, aparcado frente a los jardines nacionales, situados junto a la plaza. Debido a los enfrentamientos fueron cortadas todas las calles adyacentes a la plaza del Parlamento.
Los incidentes tuvieron lugar al margen de la marcha convocada por la confederación de sindicatos del sector público, en protesta por el acuerdo alcanzado con los acreedores el lunes en la cumbre de la eurozona y que se desarrolló en medio de un gran despliegue policial. La marcha tuvo lugar poco antes de que el Parlamento comenzara a debatir el paquete de medidas acordadas.
La manifestación en contra del acuerdo con la UE que tuvo lugar en Atenas acabó con 35 detenidos
También hubo una manifestación de PAME, el sindicato ligado al partido comunista griego KKE, que congregó a cerca de 10.000 personas, según datos de la policía, en la plaza de Omonia, muy cerca de Syntagma, y que se desarrolló sin incidentes.
"Dar más tiempo a la negociación"
Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona han aplazado a este jueves su reunión por teleconferencia con el objetivo de "dar más tiempo a la negociación" sobre la ayuda inmediata que necesita Grecia para hacer frente a sus vencimientos más urgentes, y para la que Bruselas ha propuesto un crédito puente de 7.000 millones de euros. Aunque la reunión no se había convocado aún formalmente, sí se contaba con que fuera a tener lugar este miércoles, día en que se cumple el plazo dado al Gobierno griego para aprobar las reformas preliminares que le exigen sus acreedores antes de empezar a negociar un tercer rescate.
Sobre la mesa, los ministros tienen pocas opciones para definir la financiación puente que necesita Atenas para poder hacer frente a los 7.000 millones de euros que debe pagar a diversos acreedores de aquí al 20 de julio, incluido un vencimiento de 3.500 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE). El Gobierno heleno necesitará otros 5.000 millones de euros antes de mediados de agosto, según las estimaciones de la troika, que han calculado en entre 82.000 y 86.000 millones de euros las necesidades financieras del país hasta 2018.
Bruselas ha presentado formalmente una propuesta para utilizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera para conceder un crédito puente de tres meses y 7.000 millones de euros. Este es un fondo que gestiona la Comisión Europea y que cuenta como aval con los presupuestos de la Unión Europea, por lo que necesita el visto bueno de los Veintiocho para ser activado. Inicialmente contaba con unos 60.000 millones de euros, pero tras ser empleado en los rescates de Portugal e Irlanda quedan disponibles 13.200 millones de euros, según fuentes comunitarias.
La ventaja es que su tramitación no requiere la aprobación parlamentaria, lo que agiliza el proceso, pero en contra tiene que varios países que no pertenecen al euro (sobre todo Reino Unido, pero también otros como Suecia y Dinamarca) han mostrado sus reservas.