Primeros pasos de la cúpula de Iglesias, como apostar por un presidente del Gobierno "independiente" o no trazar unas líneas rojas claras, están generando posiciones encontradas en el seno de la formación morada. Por un lado, está este discurso oficialista, y por otro, aparecen voces, alineadas con el ala anticapitalista del partido, que piden a sus dirigentes no dar un solo paso atrás en las conversaciones con los socialistas.

Muchos siglos después, y aunque de la Grecia clásica no quede en la Atenas actual ni las raspas después de siglos de dominación turca, parece una obviedad decir que los griegos del siglo XXI van a quedar para siempre ligados a la UE por una suerte de “esclavitud de la deuda”, aunque bien podría ser que fueran los ciudadanos de la UE los involuntarios esclavos, los paganos, obligados a mantener el nivel de vida de un país que parece no tener remedio.

Mientras el ala más radical de la coalición griega ya ha tocado a rebato por plegarse su jefe a los postulados de la Troika, en España el eurodiputado Iglesias sostiene que sus hermanos helenos han retrocedido "muy poco". El "cambio" también se la envaina.

Yannis Milios, economista de cabecera del partido de Alexis Tsipras, y Katerina Sergidou, secretaria de Coordinación de la coalición en Atenas, participarán en los cursos organizados por Anticapitalistas. También intervendrán los alcaldes de Cádiz, Zaragoza y Santiago de Compostela. Habrá presencia de miembros críticos con las tesis de Pablo Iglesias.

La victoria de Syriza en las últimas elecciones griegas prometía cambiar el panorama político europeo en un tiempo récord. ¡Y vaya si lo ha hecho! No sabemos si su cruzada contra las políticas de austeridad de Alemania llegará a buen puerto, pero el mundo ha caído rendido a los pies de Yanis Varoufakis, el hombre encargado de salvar la economía griega. ¿La erótica del poder se ha instalado en la eurozona?