No ha sido el primer Jaguar de carrocería familiar —lo fue el X-Type Wagon derivado de la berlina media de la marca—, pero sí es la primera ocasión que Jaguar lanza una variante de estas características desarrollada sobre la base de su berlina de gama alta, con un sobreprecio que oscila entre 3.000 y 5.000 euros según versiones. Y lo hace ofreciendo un volumen posterior realmente práctico pero manteniendo a la vez una estilizada zaga en la que se ha buscado mantener además un diseño fluido en que poder reflejar la elegancia y deportividad de la versión de cuatro puertas. Comparte la misma longitud de 4,97 metros de aquella y similar distancia entre ejes, 2,91 metros, con la que garantiza un espacio longitudinal trasero considerable.
Al amplio espacio longitudinal, el XF Sportbrake aporta centímetros extras de altura en las plazas traseras y un maletero que gana 10 litros de volumen hasta la bandeja cubre equipaje pero que deja aún más espacio disponible hasta el techo. 550 litros que dan para mucho, con formas muy bien diseñadas para poder aprovechar con facilidad el espacio disponible. Si se requiere mayor capacidad de carga, los respaldos de los asientos traseros se abaten en proporción 60/40 para crear una superficie de carga completamente plana y alcanzar casi 1.700 litros de volumen. Una maniobra además realmente sencilla y cómoda toda vez que cuenta con unos tiradores en el propio maletero que liberan los respaldos. Sobre el respaldo central de la banqueta trasera cuenta también con una trampilla para transportar objetos de dimensiones grandes. En el suelo del maletero, incorpora diversas argollas para sujetar la carga.
Aunque las dimensiones no crecen, sí lo hace el peso del conjunto, sobre todo en la zaga y en mayor medida cuando se aprovecha al límite las mayores posibilidades de carga. Por ello, en el eje trasero se ha optado por dejar de lado los muelles y amortiguadores convencionales a favor de un conjunto neumático autonivelante con el que garantizar la misma altura al suelo sea cual sea el peso total. Además de ello, mantiene una sólida amortiguación cuando aprovechamos el mucho potencial del motor Diesel de 275 CV, que permite ritmos rapidísimos y necesita del eje trasero una respuesta a la altura de las prestaciones que desarrolla.
La entrada en curva apenas difiere de la berlina de cuatro puertas, con una dirección que mantiene el buen tacto y la confianza necesaria para dirigir al Sportbrake a la entrada en curva y mantenerlo luego en la trazada con la máxima precisión. A pesar de las amplias dimensiones de carrocería y de un peso no especialmente bajo, el comportamiento en todo tipo de trazados es de mucho nivel, ofreciendo casi las mismas sensaciones que la berlina.
En lo que incluso llega a superar a ésta es en el confort de marcha que proporciona a los ocupantes, con una suspensión trasera que aísla por completo del asfalto a los pasajeros convirtiendo los largos desplazamientos en pura rutina. Mínimo cansancio al cabo de cientos de kilómetros seguidos son toda una garantía de ello.
Y es que a las excelentes prestaciones del Diesel V6 se une también un refinamiento propio casi de un gasolina y, sobe todo, unos consumos que, cuando no exigimos altísimos ritmos, pueden mantenerse muy por debajo de los V6 de gasolina. A velocidades mantenidas de marcador de 140-150 km/h, poco más de siete litros son buena prueba de ello, llegando a superar los 900 kilómetros sin repostar. Y cuando lo hagamos, será sólo para ello, pues su amplio y confortable interior permite esos largos kilometrajes sin necesidad de parar a descansar.
FICHA
DATOS COMERCIALES:
Versión: XF Sportbrake 3.0 V6 Diesel S Premium Luxury
Precio: 73.350 euros
Garantía: 2 años o 100.000 kilómetros
Revisiones: cada 20.000 kilómetros
DATOS TÉCNICOS
Motor: 6 cilindros en V
Cilindrada: 2.993 cm3
Potencia máx.: 275 CV a 4.000 rpm
Par máximo: 600 Nm a 2.000 rpm
Tracción: Trasera
Caja de cambios: Automática de 8 velocidades
Dimensiones: 4,97 / 1,88 / 1,48 m
Capacidad de maletero: 550 litros
Depósito de combustible: 70 litros
PRESTACIONES
Vel. máxima: 250 km/h
Acel. 0 a 100 km/h.: 6,6 seg
Consumo en ciudad: 8,7 l/100 km
Consumo medio en recorrido de pruebas: 7,4 l/100 km
Autonomía en carretera: 945 km