Afortunadamente para los más nostálgicos, la marca ha lanzado una edición limitada como despedida, una Kombi "Last Edition" de la que sólo se iban a producir inicialmente 600 unidades y que finalmente Volkswagen tuvo que duplicar la previsión ante la enorme demanda surgida. A buen seguro que seguirán siendo pocas dado el gran número de admiradores y seguidores con que ha contado tan popular modelo en sus 56 años de vida. Y en todo este tiempo, la Kombi se ha mantenido fiel al concepto original, hasta tal punto que todavía en 2005 mantenía el motor refrigerado por aire, que fue finalmente sustituido por otro más moderno refrigerado ya por agua.
Pero lo que no evolucionó fue ni el diseño ni la sencillez de su interior, en el que apenas contaba como elementos de seguridad con los cinturones, prescindiendo de cualquier moderno sistema de airbags y, por supuesto, de cualquier tipo de ayuda electrónica a la conducción. Su producción se inició en 1950 en Alemania, y allí estuvo fabricándose hasta 1979, cuando las ya exigentes normativas de seguridad europea obligaron a parar su comercialización.
Sin embargo, la Kombi siguió fabricándose para el mercado sudamericano en las plantas de la marca alemana en México, Argentina y Brasil, hasta que a partir de 1976 sólo esta última mantuvo en producción uno de los iconos de la marca sobre todo en los años 60 y 70, anunciando ya su cese definitivo a finales de este año. Desde que en 1957 Brasil iniciará su fabricación, más 1,5 millones de unidades han salido de esa planta, un amplio porcentaje sobre los más de 10 millones de Kombi fabricadas por todo el mundo.
Pero para un mito como la Kombi, que ha servido para todo tipo de usos, desde ambulancia hasta autobús de transporte, y que se ha identificado con todo tipo de personalidades conocidas y ha sido objeto de culto para muchos, su cese de producción sin duda que no significará su fin, pues coleccionistas de todo el mundo y amantes de tan singular modelo harán que la Kombi se mantenga siempre en la memoria como uno de los vehículos que más repercusión ha tenido en la motorización y el desarrollo de no pocos países.
Y como último homenaje, nada mejor que una edición limitada, la Kombi “Last Edition”, que será objeto deseado por coleccionistas a pesar de su precio de venta, casi 28.000 euros al cambio en el mercado brasileño, único mercado en el que será posible hacerse con una de las 1.200 unidades producidas.
Exteriormente, se identifica por su doble tonalidad blanco/azul, por los adhesivos ´56 años o por la línea blanca de sus neumáticos, así como por las características cortinillas azules en las ventanas visibles desde fuera. Y por dentro, la sencillez y austeridad sigue siendo la nota dominante, con un salpicadero de aspecto retro equipado, eso sí, y como concesión a los tiempos actuales, con un equipo de sonido radio/CD con entrada USB y Bluetooth. Y es que la música ha estado siempre ligada a la Kombi.
También el motor se mantiene fiel a la sencillez de todo el conjunto, un pequeño 1,4 litros que puede funcionar con Etanol y que rinde apenas 80 CV y que está asociado a una caja de cambios de sólo 4 velocidades. No es de extrañar que acelere de 0 a 100 km/h en 16 segundos y que su velocidad máxima sea de 130 km/h. Con la Kombi, el placer fue siempre ver pasar el tiempo de forma pausada, sin prisas. Y disfrutar de ello.