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Royal Enfield Continental GT, una 'café racer' con mucha personalidad

Comenzó fabricando motocicletas a principios del siglo pasado pero la crisis llevó hace ya más de 50 años la fabricación hasta la India, país de acogida de una marca con mucha historia que lanza ahora una nueva versión manteniendo toda la esencia de los primeros modelos.

Mantiene en su producción una forma de crear motocicletas casi como en sus orígenes, modelos que rinden culto al diseño y que gozan de un innegable atractivo que las convierten en modelos casi únicos. Su última realización sigue las mismas pautas, proponiendo con la nueva Continental GT una alternativa a los modelos más emblemáticos de Triumph o Moto Guzzi, dos de las marcas que más y mejor se posicionan en lo que a clásicas actuales se refiere.

Una moda que sigue creciendo en interés, el de disfrutar del encanto y la personalidad estética de hace décadas pero con una tecnología adaptada a los tiempos modernos, con la máxima eficiencia posible, altas dosis de fiabilidad y una sencillez general que las convierten en motos cuando menos muy especiales.

Ni es una deportiva ni pretende serlo. La Royal Enfield está hecha para ser disfrutada a otro ritmo

La Continental GT 2014 lleva todo ello hasta sus últimas consecuencias, un modelo clásico actualizado ahora para seguir siendo uno de los referentes del segmento, que destaca por su diseño "cafe racer" en el que deslumbra su conjunto asiento/depósito y sus llantas de 18 pulgadas de radios. Se ha trabajado en la marca en aligerar todo el conjunto y potenciar ligeramente el motor para lograr un mayor dinamismo en la conducción.

Se mantiene el motor monocilíndrico de cuatro tiempos refrigerado por aire, nada de modernos sistemas de refrigeración por agua, con la única concesión a la era actual en forma de inyección electrónica de combustible para superar las severas normas anticontaminantes. Con 535 centímetros cúbicos de cilindrada rinde apenas 29 CV de potencia, suficientes para disfrutar de un tranquilo paso de los kilómetros, a ritmos siempre sosegados propios de un modelo de las características de la Continental GT, toda vez que su velocidad máxima supera por poco los 120 km/h

Con casi 14 litros de capacidad del depósito y unos consumos que debieran ser sin duda muy ajustados, la autonomía alcanzará cifras suficientes para largos trayectos del tirón. Se acompaña de un conjunto de chasis y suspensiones de lo más convencional, aunque de contrastada calidad al estar firmadas estas últimas por Paioli, una de las marcas más relevantes. Con poco más de 180 kilos de peso y una altura del asiento de sólo 800 milímetros, en ciudad se maneja con mucha sencillez, mientras que en carretera todo a sus mandos resulta familiar.

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