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Un imprescindible navideño: los mercadillos alemanes

Para muchos, visitar Alemania en esta época es como entrar en un cuento de Navidad. Para empezar, porque las calles están llenas de millones de luces que celebran el Adviento, por todas partes huele a dulces y ‘lebkuchen’, las galletas espaciadas típicas de estas fechas, y con el emblemático vino caliente especiado que llaman ‘glühwein’ -lo encontrarás en cada esquina-, no hace falta mucho más para entrar en calor.

  • Tiovivo en el mercadillo navideño de Frankfurt (Imagen © Tourismus & Congress GmbH Frankfurt).

Pero si hay algo que defina este país en diciembre son sus mercadillos de Navidad, donde se puede encontrar todo lo anterior y mucho más: artículos para el árbol, figuras de San Nicolás, el predecesor de Santa Claus, belenes vivientes, representaciones musicales, actividades para niños... Y sobre todo, un ambiente festivo que cada año atrae a millones de turistas de cualquier rincón del globo.

Más de 150 mercadillos navideños abrirán sus puertas hasta el 25 de diciembre en las plazas y lugares más emblemáticos de decenas de ciudades y pueblos alemanes. Cada uno tiene su encanto, así que no resulta fácil elegir. Los siguientes no son ni los más famosos ni seguramente los más concurridos, pero aún así son nuestros tres imprescindibles. ¿La razón? Que además de tener mucha personalidad, permiten visitar tres de las ciudades con más encanto del país.

Mercadillos de Navidad de Heidelberg

Sólo por su espectacular castillo en mitad de la ladera del Königstuhl, la visita a esta ciudad merece la pena. Pero además, Heidelberg es una de las localidades universitarias europeas por excelencia, por lo que es imposible aburrirse en ella: siempre está llena de jóvenes que animan sus calles. De hecho, su universidad es la más antigua del país -fue creada en 1386-, y por sus aulas han pasado algunos nombres muy conocidos como Hannah Arendt, Jürgen Habermas, Max Weber y decenas de Premios Nobel.

En esta época del año los mercadillos navideños toman todo el casco antiguo de la ciudad, repartiéndose entre la zona peatonal, la plaza de Bismarck, los jardines Anatomiegarten y la plaza de la Universidad, además de ocupar la plaza del Mercado y también uno de los rincones más carismáticos de Heidelberg, la plaza Kornmarkt. En otra plaza, la de Karlsplatz, se puede practicar patinaje sobre hielo al aire libre y al ritmo de la música con unas vistas estupendas, justo debajo del castillo de Heidelberg.

Mercadillos de Navidad de Hamburgo

Ostenta el récord de ser la ciudad que cuenta con más bazares navideños de todo el país, y también una de los que recibe más visitas en estas fechas. Así que aunque no anduviéramos buscando dónde comprar el ineludible regalo navideño, nos encontraríamos con uno de sus muchos mercadillos en cualquier rincón de la elegante ciudad de Hamburgo.  Uno de los más conocidos es el que se ubica delante del espectacular Ayuntamiento. Pero además, en Hamburgo en estas fechas es posible disfrutar de los históricos tiovivos, los viajes en barco por el Alster, la muestra navideña de los museos de Hamburgo y el solemne desfile de Navidad por un centro cuidadosamente decorado para la ocasión. No son los únicos atractivos: entre los imprescindibles también están los cuentos de hadas de los teatros de Hamburgo y el mercadillo de la calle Jungfernstieg, un lugar mágico coronado por luces de estrellas.

Mercadillos de Navidad de Frankfurt

Uno de los puntos fuertes de la ciudad natal de Goethe en pleno diciembre es que acoge un árbol de Navidad gigante, de 30 metros de altura, completamente iluminado en el casco histórico, donde se sitúan la mayoría de puestos. Otro, que aquí se celebró el primer mercadillo de la historia de este país, hace ya siete siglos. El tercero, que millones de visitantes de todo el mundo recorren la ciudad cada año en estas fechas solo para darse una vuelta por las más de 200 casetas navideñas engalanadas para la cita.

Además, en esta época casi todo es un espectáculo: la ciudad programa conciertos, melodías de trompetistas desde las galerías de la iglesia Nikolaikirche y el repique de las campanas alrededor del árbol. Si queda tiempo, merecen una visita a la ópera antigua, la zona de los museos, la calle Zeil y también la Biblioteca Nacional, la más importante del país. 

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