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Las Barrancas de Castrejón, el Gran Cañón español

¿Para qué irse a las Américas a ver el cañón del Río Colorado, cuando ahí mismo, a un paso tenemos las Barrancas de Castrejón? Más castizo y más barato sin duda y también con el mismo calor en el verano. Déjate de grandes viajes y conoce la estepa toledana. Ven a Castrejón.

  • Barrancas de Castrejón (flickr | elbeewa - imagen con licencia CC BY-SA 2.0).

Las Barrancas de Castrejón y Calaña se encuentran en la ribera del río Tajo, al margen derecho del río, a unos 30 kilómetros aguas abajo de Toledo. En este punto, la fuerza del agua y del viento, han configurado un acantilado de hasta 130 metros de altura, que modelan la tierra prácticamente desnuda en tonos rojizos, pálidos y ocres.  Delicioso para los atardeceres de la canícula con una buena cámara de fotos.

Contraste total entre la estepa y la mancha húmeda

En este rincón desconocido de la meseta, podremos disfrutar no sólo de las barrancas sino también del Embalse de Castrejón, que además de Monumento Natural pertenece a la red natura 2000. Este embalse que suele estar al 100% de su capacidad, alimenta al canal de riego de Castrejón, que riega una productiva vega de regadío, dando un contraste paisajístico impresionante en pleno verano.

En el embalse observaremos en los bajíos la vegetación palustre de eneas, carrizos que forman islotes ideales para el anidamiento de numerosas especies de aves acuáticas como la garza imperial, la garceta, el martinete, la cigüeñuela y también para las exigentes y amenazadas nutrias y el galápago leproso.

En cambio, el paisaje es radicalmente opuesto alrededor de este oasis en medio de Toledo. Alrededor del embalse encontraremos la típica llanura manchega. Todo lo que alcanza la vista es una estepa seca, cereales, olivares y viñedos, que muy de vez en cuando son salpicados por pequeños cauces estacionales donde un poco de humedad extra permite una explosión de vida y por fin, un poco de sombra. 

Completa la avifauna una muestra interesantísima de rapaces: águilas imperiales, aguiluchos laguneros, búho real, perdiceras, milanos, buitres negros y aguiluchos laguneros tienen sus cazaderos en el páramo toledano.

Andando, en bici o a caballo

Para llegar aquí, tenemos varias opciones. La más cómoda es acercarnos al pueblo de Burujón, que presume de Monumento Natural, y nada más atravesar el pueblo y a unos 6 kilómetros, tras cruzar la CM4000 encontraremos un camino de tierra que nos llevará al mirador del Cambrón.

Pero la mejor opción es sin duda es utilizar el Camino Natural del Tajo, para empaparnos de la estepa toledana, del río y entender perfectamente el papel de este oasis de vida en medio del secarral que es Toledo durante el verano.

Podemos partir tanto desde aguas abajo de las Barrancas, desde La Puebla de Montalbán o desde aguas arriba, desde Albarreal del Tajo o si queremos y tenemos tiempo, desde el mismísimo Toledo Imperial, del que dista unos 32 kilómetros. El camino está bien señalado y a excepción de una salida de Toledo un poco más complicada no tiene pérdida

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