1. Salar de Uyuni (Bolivia). Los 11.000 kilómetros cuadrados del desierto salino más grande del mundo forman un paisaje irreal que tuvo su origen hace 40.000 años, cuando lagos prehistóricos cubrían este lugar. Hoy es una inmensa superficie increíblemente blanca donde las capas de sal suman hasta 120 metros de profundidad. Unos 60.000 turistas se acercan anualmente a verlo.
2. El bosque sumergido de la Patagonia (Argentina). ¿Es posible encontrarse un auténtico bosque a 30 metros bajo el agua? Si te encuentras en el lago Traful, sí. Un terremoto que tuvo lugar aquí hace 53 años, cuando una ladera boscosa terminó sumergida en el lago, lo ha hecho posible. Por extraño que parezca, los árboles, algunos de hasta 30 metros de altura, se mantienen de pie bajo el agua.
3. Una ola en el desierto de Arizona (EEUU). Tiene la forma de una gigantesca y espectacular ola, pero está en mitad del desierto. Es una formación de arenisca que la naturaleza ha ido tallando durante miles de años hasta esculpir esa ola perfecta. Se encuentra en la reserva protegida de Paria Canyon-Vermilion Cliffs Wilderness, al norte del estado de Arizona. Para poder verla hay que hacerse con uno de los 20 permisos diarios que otorga la reserva.
4. Cascada blanca de Pamukkale (Turquía). Hay pocos lugares en el mundo que se parezcan al llamado castillo de algodón de la antigua ciudad de Hierápolis, una serie de gruesas capas blancas de piedra caliza y travertino que bajan en forma de cascada por la ladera de la montaña. Dicen que cada segundo brotan de estas fuentes 250 litros de agua en mitad de un paisaje espectacular.
5. El agujero azul más profundo del mundo (Bahamas). La cueva submarina de 202 metros de profundidad de Long Island, en la bahía Oeste de Clarence Town, se formó durante la pasada edad del hielo y ahora es una de las mayores atracciones turísticas de la zona. A unos 20 metros de profundidad, el agujero se ensancha formando una espectacular caverna de 100 metros de diámetro.
6. Sendero de Krýsuvík (Islandia). El paisaje en este área geotérmica de la península de Reykjanes es uno de los más extraños del planeta: lagos de color verde brillante, manantiales de azufre, aguas termales a altísimas temperaturas... Por su parecido con las imágenes que solemos asociar al infierno se lo ha bautizado como el sendero infernal.
7. Parque de las Bardenas Reales (España). La primera curiosidad es que se trata de un parque semidesértico en la verde y frondosa Navarra. La segunda, que desde hace 10 millones de años la naturaleza cincela este parque que ha acabado convirtiéndose en un paisaje casi lunar con secretos en forma de castillos naturales y extrañas formaciones rocosas.
8. Bosque de piedra (China). Shilin Yi, en la provincia de Yunnan, acoge un curioso bosque de piedra, con formaciones rocosas en forma de árboles petrificados, que tiene unos 270 millones de años. Turistas de todos los puntos del globo acuden cada año a perderse en el laberinto de este bosque encantado.
9. Los valles secos de la Antártida. El continente blanco ya es de por sí uno de los lugares más extraños del planeta, pero dentro de él los valles secos de McMurdo son un caso aparte: es la única parte continental de la Antártida desprovista de hielo, y allí se encuentran las llamadas cataratas de sangre y también el lago Don Juan, el que concentra más sal en todo el planeta (unos 500 gramos de sal por litro de agua).
10. El lago rojo de Natron (Tanzania). En pleno valle del Rift hay un enorme lago de 800 kilómetros cuadrados que parece contradecir las reglas de la naturaleza con sus aguas completamente rojas. A él sólo se acercan los flamencos, los únicos animales capaces de sobrevivir filtrando las aguas alcalinas de este lago.