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Alavera de los Baños: una historia de amor que se convirtió en hotel

El lugar escogido por Inma y Christian para su hotel no podía ser más atractivo. En Ronda, en la antigua Judería, junto a los antiguos Baños Árabes. Un lugar que mantiene los cánones de la arquitectura serrana rondeña: paredes encaladas, rejas y geranios en las ventanas, farolillos de forja en la fachada. Desde el jardín, con su piscina rodeada de macetas floreadas, se puede disfrutar de unas magníficas vistas a la muralla de la ciudad. 

Este hotel rondeño, lleno de sabor y encanto andaluz, nació en realidad muy lejos de aquí, en la ciudad alemana de Konstanz. Allí fue donde hace años se conocieron y donde decidieron dar un giro a sus vidas. La luz de Ronda y la filología eran dos buenos pucheros para cocinar una historia de amor. Dejaron atrás Alemania y se dejaron cautivar en una nueva aventura.

Con el tiempo se ve cómo va cuajando la casa. En ese marco era difícil no inspirarse pero el buen gusto ha tenido mucho que ver en el resultado: la reforma ha conseguido adaptar los pequeños espacios y recovecos en las habitaciones. Destacan entre los componentes de la decoración, cálida y hogareña, algunos elementos árabes como los arcos de ladrillo en los vanos y paredes o los azulejos. Cada habitación es un pequeño micromundo. El placer de un lugar diferente, donde todo nos resulta cercano. 

En el exterior queda la Ronda eterna. Hablar de Ronda es hablar del poeta Rilke, que se alojó en el hotel Reina Victoria, y también de los viajeros ingleses de los siglos XVIII y XIX que se quedaron atrapados por una aureola de leyendas románticas donde toreros y bandoleros eran protagonistas y héroes. Sin duda, Ronda es la gran capital romántica de los viajeros del siglo XIX, famosa por su situación en medio de un profundo cortante del río Guadalevín. Al este queda la ciudad antigua, de callejuelas estrechas e irregulares propias de la vieja medina árabe que fue en otros tiempos.

Pero la imagen más espectacular y misteriosa de Ronda es su Puente Nuevo que salva de forma sorprendente la abismal cortadura del Tajo. Ronda es una ciudad romántica llena de historias de amor, de celos, de bandoleros, de viajeros románticos y de toreros. Ha sido cuna de maestros taurinos y su plaza de toros es todo un símbolo de una ciudad marcada por el arte, la tradición y la historia. La segunda visita imprescindible es la del tajo tallado por el río Guadalevín y cruzado por su famoso puente. Los guías locales dicen que en uno de los balcones de este puente se hallaba la cárcel donde estuvo preso el famoso bandolero José María el tempranillo. También puede ser divertido un rato en el Museo Histórico Popular del Bandolero, Un museo que reúne una colección muy interesante y romántica sobre esta figura legendaria. Trabucos, escopetas, dibujos, documentos, libros y mapas ayudan a dibujar el perfil del bandolero andaluz. 

Después de una primera noche en Alavera, podemos pensar en una excursión por la serranía. A unos 25 kilómetros comienza propiamente la serranía, salpicada por aldeas y pequeños pueblecitos blancos rodeados por parajes llenos de ncanto. Cartajima, Júzcar, Faraján, Alpandeire, Atajate... todos ellos nombres árabes que nos recuerdan la larga tradición musulmana de este viejo rincón de Al Andalus. Se puede haber ido mucha veces, pero siempre hay que volver.  

FICHA

Categoría: hotel

Nombre: Alavera de los Baños

Dirección:

Teléfono: 952879143

Ubicación: Ronda, Málaga

Web: www.alaveradelosbanos.com

Precio: desde 95 euros, desayuno incluido

Habitaciones: 9 dobles 

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