Pero el género reality no fue siempre el territorio de Luján. La rubia asturiana, llegada del mundo de la radio, también ha pasado por concursos como Password y Dame una pista, hechos con el mismo molde que el más reciente Money time, y por el efímero programa de tarde Lo que diga la rubia, que no logró aguantar más de una semana en antena porque los espectadores no tenían muchas ganas de escuchar lo que esta rubia en concreto tuviera que decirles.
Tras el descalabro de Lo que diga la rubia en 2010, Cuatro decidió recuperar Granjero busca esposa, un formato que parecía que encajaba más con el papel de borde pero no demasiado de la presentadora. Después llegaron los Hijos de papá (otro reality) y el programa de citas exprés Tienes un minuto, un título más en el currículum de celestina de Luján Argüelles.
Finalmente, Luján se rindió a los pies del reality y encontró su lugar gracias a Eyeworks con ¿Quién quiere casarse con mi hijo?. La exageración del formato, la genialidad del montaje (incluyendo los efectos de sonido) y el acierto en el casting nos ayudaron a no dar importancia al hecho de que todo lo que nos están contando en este formato está guionizado y es mentira (¿acaso no lo son también las series y las devoramos sin contemplaciones?). Y así, nosotros caímos también rendidos a los pies del reality (y, a título personal, de quien sea que elige el vestuario de Luján).
Tras el éxito de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, no se podía imaginar otra presentadora para la versión opuesta, Un príncipe para..., donde se cambian las cinco parejas madre-hijo, con sus respectivos packs de pretendientas, por una única 'moza casadera' y una colección de aspirantes a príncipe que dan la impresión de que ni con todos juntos y mucha voluntad se podría armar uno solo en condiciones.
Y con estos mimbres, que vuelven a estar en antena a las 22.30 de esta noche, se construyó la tercera versión de Eyeworks sobre los realities de emparejamiento (Granjero busca esposa es de Grundy Producciones): ¿Quién quiere casarse con mi madre?, también con Luján al mando.
Su vida fuera de los platós
Y hasta aquí la ficha profesional de la presentadora asturiana Luján Argüelles y cómo encajó a la perfección en los realities tróspidos. Su vida personal, lamentablemente, está actualmente marcada por la batalla en los tribunales que mantiene con su exmarido Benjamín de la Fuente, de quien se separó hace dos años, y que excede lo meramente matrimonial.
La semana pasada, tuvo lugar en un juzgado de Madrid la vista por la demanda que interpsuo De la Fuente contra Argüelles por despido improcedente. Además, el exjugador de baloncesto reclama el pago de varias mensualidades pendientes del tiempo que estuvo trabajando para la empresa Lubenpi S.L., creada por la presentadora en 2008.
Aunque la asturiana no es precisamente dada a airear su vida personal a los cuatro vientos en las revistas del cuore, la hemos podido ver hace poco con su actual pareja, el empresario Carlos Sánchez, en un restaurante de La Moraleja. Parece que ya han quedado lejos los dramas que rodearon al divorcio (que, según dicen, pidió por Whatsapp), como el aireo de trapos sucios por Twitter.