Pocas novedades vamos a encontrar en la parrilla televisiva las próximas semanas. Televisión Española, teóricamente la que menos debería notar los meses veraniegos ya que no tiene anunciantes de los que dependan sus ingresos, ha querido ofrecer dos nuevos formatos para cubrir las vacaciones escolares. Por una parte, Insuperables, el típico talent show que hemos visto millones de veces pero con Carolina Cerezuela, a la que también hemos visto millones de veces. Un futuro muy incierto que tampoco arrancó con demasiado éxito. Y Cocineros al volante, la continuación de MasterChef, con su ganador incluido, que sí promete algo no visto en España y que puede ser la sensación del verano.
En el ámbito privado, la única novedad que nos emociona ligeramente es Cámbiame premium, la versión prime time del concurso de estilo que Mediaset ha decidido ofrecer a Jorge Javier Vázquez, en detrimento de Marta Torné. Qué poca confianza en un formato que les ha funcionado bastante bien empalmando con Mujeres y hombres y viceversa -y mejorando el poco exitoso Robin Food-. Si Torné y sus estilistas funcionan, ¿a qué viene que aparezca Jorge Javier en este tinglado? ¿Es necesario que presente todos los concursos de la cadena? Lo suyo hubiese sido mantener a los mismos y decantarse por un Cámbiame pero con rostros conocidos -¡hoy cambiamos a Leticia Sabater!-, en su lugar nos encontraremos con un pseudo Hay una cosa que te quiero decir, con bien de lloros y bien de historia dramática. Lo vemos venir...
El verano debe ser entretenido. Hace demasiado calor como para mover un músculo y las noches son duras y largas. ¿No sería la época perfecta para rescatar algunos de los formatos que han dado vidilla a la historia televisiva? Opciones hay muchas, nosotros nos decantamos por estas diez:
Campamento de verano
Telecinco encontró el año pasado la fórmula para pasar el verano con un reality poco costoso y que descubrió al público la presencia de Lucia Etxebarría. La escritora entró en el juego pensando que podría ganar un poco de dinero fácil y acabó arrepintiéndose y colándose en casi todas las conversaciones de la calle. Lo demás, exconcursantes de otros formatos, colaboradores y eternos aspirantes a famosos. Funcionó a la perfección para su cometido, a pesar de que Joaquín Prat Jr. perdió miles de horas de sueño -es lo que tiene trasnochar y madrugar para presentar El programa del verano-. Este año prometen repetir la fórmula, a ver con qué nos sorprenden...
Ven a cenar conmigo
Algo nunca visto en España. ¡Un formato sin presentador! Una voz en off nos iba narrando las peripecias de cinco concursantes, desconocidos entre ellos, que se ofrecían a preparar una cena para los demás cada día de la semana. Al finalizar la velada puntuaban la comida, la presentación, la decoración y la hospitalidad del anfitrión. Refrescante, bien montado, a la mejor hora -antes de cenar- y con la capacidad de generar fidelidad entre sus espectadores. Ojalá alguien lo rescate de un cajón. O que repongan los programas pasados en alguna de las cadenas secundarias. El público lo agradecería.
Confianza ciega
El reality definitivo que ha parido la televisión española. Mítico por tener tan solo una temporada y haberse quedado en el inconsciente de los espectadores. Tres parejas entraban en una casa, separados por sexos, donde una serie de chulazos y chulazas trataban de seducirles. Y no contentos con eso, la organización les ponía vídeos ficticios de lo que podrían estar haciendo sus respectivos con tanto sex symbol alrededor. Locura pura que nos descubrió a Nube -'Nube, tía'- y Carolina, con Francine Gálvez de presentadora. ¿Pero por qué no han vuelto a reponer el programa? Si es que España lo pide a gritos. El verano es la temporada perfecta para las reposiciones. Que alguien tome note.
El juego de tu vida
Nunca un programa ha generado tanta vergüenza ajena y tanta atracción al mismo tiempo. Emma García conducía El juego de tu vida, un concurso-polígrafo en el que el participante debía ir respondiendo preguntas comprometidas sobre su vida mientras sus familiares le observaba atentamente desde el público. A más preguntas, más dinero. Se supone que, antes de sentarse, se había sometido al polígrafo y de ahí se deducía si decía la verdad o mentía. Nunca llegamos a entenderlo, pero como espectáculo funcionaba. Telecinco se encargó de repetirlo hasta la saciedad, así que queremos más entregas. ¡Y con famosos! El polígrafo siempre funciona.
Los vigilantes de la playa
No queremos reboots, precuelas, ni secuelas, queremos el original. Las tardes de verano eran diferentes con Los vigilantes de la playa. David Hasselhoff y su troupe de hombres musculados y mujeres bien dotadas se convirtieron en un fenómeno mundial -y eso que, de entrada, la cadena no confió en la serie-. Allí vimos nacer a Pamela Anderson, a Carmen Electra, a Erika Eleniak y a otras tantas. ¿No queremos ahorrar? Pues volvamos a los 90 y recuperemos la televisión que teníamos, que tanto hemos querido retroceder que debemos ir ya por 1955...
Música sí
Fue el despertador de millones de adolescentes y jóvenes durante muchos años. Cada fin de semana, Música sí se convertía en una cita imprescindible. Era la oportunidad de ver actuaciones musicales de todo tipo -¿recuerdan cuando había música en televisión? Qué tiempos aquellos-. Las estrellas internacionales pasaban por España para cantar sus hits y nos parecía normal. Ahora nos conformamos con las galas de Navidad y los Supersingles de ¡Qué tiempo tan feliz!. ¿No sería momento de recuperar el formato? Seguro que hay alguien capaz de producirlo como toca.
Gandía Shore
Bueno, aquí parece que tenemos una pequeña esperanza. Vuelve Gandía Shore, eso sí, reconvertido en Ibiza Shore. MTV ha dejado caer ya que, además de recuperar Alaska y Mario -se estrenará en septiembre-, también volverá la versión española de Jersey Shore. No sabemos si con los mismos participantes, con alguno o con ninguno, pero nos alegramos. La primera temporada nos dio tantos buenos momentos que todavía no nos terminamos de creer que no pudiesen repetir. ¿Qué habrá sido de Clavelito? ¿Y de La gata? Menos mal que Ylenia ahora reina con comodidad en Mediaset, que si no...
Tómbola
Si Mediaset no sabe qué hacer con el dinero, que compre los derechos de Tómbola y emita de nuevo todos los programas en Divinity -o que se los pida a Lydia Lozano, que los tiene todos grabados en VHS-. Nos encantaría rememorar todas las entrevistas, el vaso de agua volador de Chabeli, los enfados de Mariñas y Karmele, las apariciones de Mar Flores, las actuaciones musicales. Todo en Tómbola fue mágico. España se llevó las manos a la cabeza y pidió la retirada del formato, pero ahora sabemos que fue el germen de todo lo que conocemos actualmente. Y con Ximo Rovira. Si es que parece ciencia-ficción.
Mójate
Concurso puramente veraniego, sin pies ni cabeza, pero que tampoco los necesitaba. Unos concursantes se subían a una plataforma y se caían a una piscina. Ahí terminaba el argumento. ¿Quién quiere más en plan ola de calor? Un formato económico, unos presentadores que nadie puede imaginar al frente de un programa y mucha gente dispuesta a salir por la tele a cambio de muy poco. Tal vez ha llegado el momento de darle una vuelta y volver a ofrecerlo con unos cuantos cambios. Mójate, Sálvame, Cámbiame, qué de moda están los imperativos en televisión.
La bola de cristal
Varias generaciones se criaron a los pechos de Alaska. La bola de cristal ha quedado como uno de los grandes programas de la televisión española. Lo tenía todo y entretenía a todas las edades. ¿Qué hace Televisión Española que no lo está reponiendo en fin de semana? Si, total, la mitad de su programación se basa en recuperar vídeos de archivo y montarlos con una voz en off, ¿no sería mejor ir al original y dejar que toda una nueva generación descubriese las bondades de la televisión 'antigua'? Luego nos quejamos, pero dedicamos las mañanas de los fines de semana a reponer MasterChef, que lo vimos el martes pasado... Un poquito de imaginación, por favor.