Parece que ahora vivimos la época dorada de las series. La cadenas de televisión luchan por ofrecer productos innovadores, que consigan llamar la atención del público entre la enorme oferta y que, a poder ser, cuenten con la aparición de alguna estrella mediática. Las ventajas de internet, además, han permitido que el mercado de las series se extienda a nivel mundial, incrementando la exigencia de los espectadores y haciendo que los productos sean cada vez de más calidad. Pero esta explosión televisiva no es una novedad. Puede que antes estuviéramos limitados a las decisiones de los canales de cada país de emitir una serie u otra, pero el ritual de tener que estar delante del televisor un día concreto y a una hora determinada, marcaron los ritmos de más de una generación. En nuestra memoria han quedado algunas series míticas como de la que vamos a hablar hoy, Dinastía.
La creadora ha declarado que se inspiró en ‘Yo, Claudio’, la novela –y posterior serie– de Robert Graves sobre el emperador romano.
La serie, creada por el matrimonio de guionistas Richard y Esther Shapiro y producida por Aaron Spelling, contaba la historia de los Carrington, una rica familia de Denver, Colorado, que había hecho fortuna gracias al petróleo. Esther Shapiro siempre ha declarado que se inspiró en Yo, Claudio, la novela -y posterior serie- de Robert Graves, para crear todo este universo de conspiraciones, herencias, amores y personajes con tramas imposibles. La serie empieza cuando Blake Carrington (John Forsythe) se casa con su bella y joven secretaria Krystle (Linda Evans). La llegada de este nuevo miembro no es bien recibida por el resto de su familia, sus hijos Steven y Fallon. Pero Blake está demasiado preocupado por su compañía y su rivalidad con Matthew, un antiguo empleado que decide instalarse por su cuenta, para prestar atención al conflicto familiar. Durante la primera temporada, Blake fue el malo de la serie, al estilo J.R. en Dallas, y Matthew el bueno. Pero esto duró poco.ç
Krystle y Alexis: peleas sin fin
El primer capítulo de la segunda temporada marcó el devenir de la serie con la llegada de Alexis (Joan Collins), la primera mujer de Blake. La rivalidad entre las dos mujeres, Krystle y Alexis, se convirtió en un clásico. “Desgraciadamente, lo primero que recuerda la gente sobre la serie son las peleas”, declaró Collins. Y es que la lucha entre las mujeres empezó con desplantes y acabó en bofetadas, tirones de pelo y peleas por el suelo. Alexis se convirtió en la mala oficial de la serie. En un primer momento, el personaje iba a ser una villana aunque mucho más comedida. Fue idea de la propia Collins, que era muy fan de Dallas, el transformarla en una versión femenina de J.R. Los directivos de la cadena accedieron y fue un éxito. De hecho, hicieron desaparecer al personaje de Matthew para impulsar al trío formado por Blake, Krystle y Alexis.
La serie contó con apariciones estelares de la talla de Rock Hudson, Ali MacGraw, George Hamilton, Barbara Stanwyck o Charlton Heston.
El primer candidato para interpretar a Blake fue George Peppard -Hannibal en el Equipo A-, pero éste no se sintió cómodo con hacer de villano, así que recurrieron al veterano actor John Forsythe, que venía de poner la voz al mítico Charlie en Los ángeles de Charlie. Para el papel de Krystle se pensó en Angie Dickinson, mientras que para el de Alexis se barajó la posibilidad de que fueran Sophia Loren, Elizabeth Taylor o Raquel Welch. La serie contó con apariciones estelares de la talla de Rock Hudson, Ali MacGraw, George Hamilton, Barbara Stanwyck o Charlton Heston, además del ex presidente Gerald Ford con su mujer Betty y Henry Kissinger. En el caso de Hudson, fue su último papel antes de morir en 1985 -de hecho, y fruto del inicial desconocimiento sobre el virus, cuando se supo que estaba enfermo de sida hubo un revuelo por si podía haber infectado a Linda Evans debido a que se habían besado en la serie-.
Rumores de revival
Como en toda buena serie, hubo incestos, hijos ilegítimos, peleas, personajes que reaparecen convertidos en milicianos de guerrilla y el famoso final de la quinta temporada cuando Amanda Carrington -hija de Alexis y de Blake, aunque este al principio no lo sabía- se casa con el príncipe de Moldavia y se produce un ataque terrorista para terminar con la monarquía del país. La temporada termina con los terroristas disparando a todos los invitados y el público sin saber qué personajes habían muerto en el atentado. Ese episodio reunió a más de 60 millones de telespectadores delante de la pantalla y fue uno de los más recordados de la serie.
En 2011, el matrimonio Shapiro declaró que tienen escrita una precuela de la serie y que les gustaría llevarla a cabo.
Con la sexta temporada, la serie empezó a flojear. La cadena creó un spin off, The Colbys, que contaba la reaparición de Fallon, que había sido dada por muerta en un accidente, pero no funcionó y solo estuvo en antena un par de temporadas -cuando se canceló The Colbys, Fallon volvió a Dinastía-. La serie acuciaba el paso del tiempo, la complejidad en las tramas y la aparición de nuevas series que interesaban más al público. La cadena, viendo el declive, empezó a reducir la aparición de las estrellas para ahorrarse presupuesto, hasta que terminó en la novena temporada.
Desde entonces, los rumores sobre un revival de Dinastía no han parado. En 2005, la cadena ABC produjo un telefilme sobre la serie, pero sustituyendo a Forsythe, Evans y Collins por otros tres actores. En 2011, el matrimonio Shapiro declaró que tienen escrita una precuela de la serie y que les gustaría llevarla a cabo. ¿Serán capaces Joan Collins y Linda Evans de volver a pelear como antes? Conociéndolas, algo nos dice que sí...