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Así murió la TV que montó Godó para luchar contra TV3: sus pérdidas se duplicaron en su último año

El canal cesó sus emisiones hace unas horas entre presiones del CAC, dificultades con sus acreedores y una manifiesta imposibilidad para levantar su audiencia. Ni Godó ni su nuevo dueño lograron sacar a flote el proyecto

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Cualquier empresario audiovisual que analice las cuentas de la empresa editora de 8TV sabrá que el final de sus emisiones -confirmado hace unas horas- representa la crónica de una muerte anunciada. Este canal autonómico catalán nació para tratar de competir contra TV3 en los años previos al apagón analógico. Es decir, en un momento en el que la TDT parecía que iba a ser mucho más rentable de lo que finalmente fue para las pequeñas empresas del sector. En este tiempo, sus pérdidas han sido de casi 55 millones de euros, lo que le ha llevado a la insolvencia y a fundirse a negro de forma definitiva.

Fueron varios rostros televisivos relevantes los que pasaron por los platós de 8TV, desde Alfonso Arús hasta Sandra Barneda o Josep Cuní. El grupo Godó realizó una fuerte inversión en el proyecto, pero no logró sacarlo adelante. De hecho, casi todos los ejercicios los terminó en números rojos, con años especialmente preocupantes, como 2016 y 2017, donde el déficit fue superior a los 6 millones.

En 2021, el empresario Nicola Pedrazzoli adquirió la licencia de explotación del canal con el propósito de enderezar su rumbo y poder hacerlo rentable. La tarea no era sencilla, dado que su anterior dueño había aplicado desde 2018 una política de recorte de gastos que había reducido los costes de producción y de personal, pero también el dato de audiencia.

Pedrazzoli encontró un share de 0,6 puntos y el año pasado lo impulsó ligeramente hasta el 0,8%, según los registros de Kantar Media. Ese dato era demasiado escaso como para convencer a un buen número de anunciantes para que invirtieran en el canal. Sus ingresos mejoraron ligeramente en 2022 -desde los 3,25 hasta los 3,7 millones de euros-. Sin embargo, no fueron suficientes para evitar que la cadena declarara pérdidas de 3,18 millones, frente a las de 1,68 del ejercicio anterior.

La caída de audiencia que experimentó este canal también ha impactado en su cifra de negocio, que llegó a ser de 15 millones de euros, pero que descendió el 80% en los últimos años de actividad de la cadena.

Pese a estas circunstancias económicas, Pedrazzoli incidió hace unos meses que 8TV tenía un proyecto sólido y una estructura de costes austeras. Sin embargo, atribuía su crisis al cierre de BarçaTV -que formaba parte de su misma licencia y le generaba algunos ingresos anuales- y al monopolio en la medición de audiencias, que -considera- perjudica a este tipo de proyectos de pequeño alcance.

El difícil negocio de la televisión

Un directivo del sector de la televisión comercial -que explota una licencia de ámbito nacional- explica a este periódico que en este sector es muy complicado obtener la rentabilidad por diferentes razones. La primera es la que está relacionada con los elevados gastos fijos que requiere simplemente transmitir la señal a todo el territorio al que obliga la ley, que en el caso de los canales que emiten en España tiene un precio de entre 2,5 y 5 millones de euros anuales.

A esto hay que sumar los costes de producción y de alquiler de equipos; los de adquisición de productos audiovisuales y los de todo el personal que se encuentra delante y detrás de las cámaras.

Por otra parte, la audiencia en España está muy concentrada en los canales de Atresmedia y Mediaset; y en RTVE o en las principales televisiones autonómicas. Eso hace que la inmensa mayoría de las cadenas temáticas no alcancen el 2% de la cuota de pantalla y no sean capaces de atraer a muchos anunciantes. Si a eso se le suma que el negocio de la televisión comercial se ha contraído desde el inicio de la pandemia - -3,7% tan sólo en el primer semestre de 2023 - y que las alternativas de ocio audiovisual han provocado un descenso del consumo de televisión, resulta difícil sacar un proyecto como el de 8TV adelante.

Golpe institucional

El Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) anunciaba el pasado 4 de octubre el inicio de un expediente de extinción de la licencia de Emissions Digitals de Catalunya, al considerar que el concurso de acreedores en el que se encuentra la empresa desde la pasada primavera es una de las causas que pueden llevar al cambio de titularidad de esta licencia.

“Según la licencia otorgada, EDICA explota los 4 programas de un canal múltiple (MUX) de TDT con cobertura nacional en Cataluña, ocupados por 8TV, Verdi Clàssics, Fibracat y Barça TV”, expresaba el organismo en una nota de prensa, en la que recordaba que tanto Fibracat como Barça TV habían cesado sus emisiones. Desde hace unas horas, también lo han hecho las otras dos cadenas.

El regulador audiovisual catalán está controlado por los partidos independentistas y presidido por el biógrafo extraoficial y amigo personal de Carles Puigdemont. En esta ocasión, al contrario que en otras -como a la hora de sacar a concurso diferentes licencias de emisión- ha actuado con una relativa rapidez para tratar de quitar el permiso de emisión a Pedrazzoli.

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