Poco a poco, el grupo Prisa continúa menguando. Tras deshacerse de una parte de Santillana y de un porcentaje de Mediaset, ahora está en marcha la operación de venta a Telefónica de Digital Plus. Curiosamente, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no movió un dedo tras el anuncio de la oferta de la compañía que preside César Alierta. Algo que permitió que el valor de Prisa subiera un 4,5% en Bolsa. Ahora, una vez confirmado que Digital Plus irá a manos de la multinacional de telefonía, el conglomerado mediático que comanda Juan Luis Cebrián tiene previsto continuar con su política de desinversiones y recompra de deuda. Fuentes del propio holding de medios apuntan a que la siguiente operación será la venta del 13% de acciones de Mediaset. Una operación por la que Prisa podría obtener unos 450 millones de euros.
Semanas atrás, el conglomerado mediático se deshizo de un 3,69% de acciones de Mediaset y se embolsó por ello 121 millones de euros. Antes de esta operación exprés de venta, Prisa disponía de algo más del 17% del grupo de capital italiano. Ahora, le queda un 13,65%, lo que supone una participación de 55,53 millones de acciones de Mediaset España. Eso sí, el grupo que encabezan Cebrián y Fernando Abril-Martorell tendrá que esperar hasta verano para mover ficha en este sentido. Y es que Prisa asumió un compromiso de no transmisión (lock-up) sobre dichas acciones durante un plazo de 90 días naturales a contar desde la operación (10 de abril), según la práctica habitual en este tipo de operaciones. O sea, el 10 de julio tendría el camino libre. Aunque antes, claro está, Prisa debe cerrar la venta de Digital Plus.
En todo caso, está claro que la intención de Prisa es seguir vendiendo activos, en línea con lo sucedido con una parte de Santillana y con un porcentaje de Mediaset. La pasada semana, durante la junta de accionistas, el propio Cebrián lo reconoció. ""Tras las operaciones realizadas y con los proyectos en curso, que incluyen como todos saben importantes desinversiones y amortización acelerada de deuda, Prisa se encontrará en una saneada posición que garantice su continuidad y crecimiento", afirmó. A confesión de parte, sobran pruebas.
¿Qué hacer con el dinero?
Con las últimas ventas de activos, Prisa ha obtenido 918 millones de euros. ¿Qué hará la compañía con esta cantidad? Una de las posibilidades es que el conglomerado mediático apueste por recomprar los bonos convertibles a las entidades bancarias que en su día inyectaron dinero en forma de bonos convertibles en acciones. Como ya informó este diario, se trata de una operación compleja y, por ello, difícil de materializarse. Pero hay varios hechos que apuntalan esta posibilidad. Uno de ellos es que a las propias entidades bancarias, o al menos a alguna de ellas, no les interesa convertirse en accionistas del conglomerado mediático.
En 2012 La Caixa, Santander, HSBC y la propia Telefónica acordaron convertir la deuda de Prisa en bonos, por lo que serán accionistas del grupo el próximo julio, salvo que esos bonos sean recomprados
En junio de 2012, Prisa anunció que cerraba una operación con La Caixa, Santander, HSBC y la propia Telefónica para convertir su deuda en bonos. Una operación cifrada en 443 millones de euros. La emisión de bonos se realizaría en dos tramos: uno de 334 millones de euros destinados a bancos acreedores, que se comprometieron a suscribir en su totalidad los tres bancos, a cambio de la modificación de los préstamos a Prisa; y otro de 100 millones de euros, que desembolsaría en efectivo Telefónica. Según rezaba el acuerdo, los bonos tendrían una duración de dos años. Llegada la fecha de vencimiento final, julio de 2014, los bonos que no se hubieran convertido con anterioridad se convertirían necesariamente en acciones.
En otras palabras, en julio los tres bancos mencionados y Telefónica pasarán a ser accionistas del grupo. Fuentes del grupo comandado por Cebrián aseguran que no está claro cómo se materializará ese acuerdo de hace dos años. Y reconocen que una de las posibilidades es que, como adelantó este diario, el grupo recompre los bonos a los bancos para que éstos no sean sus accionistas. Aunque, eso sí, remarcaron que se sienten muy cómodos con las entidades en su accionariado porque, según explican, ello no les ha hecho perder ni un ápice de su independencia.