La ley electoral obliga a Radiotelevisión Española -en contra del criterio expresado por sus profesionales- a emitir una serie de bloques informativos dentro de sus telediarios, lo que en los últimos años ha generado diferentes polémicas por la escasa representación de algunas de las formaciones políticas en ascenso o descenso.

Algo parecido ocurrido en los últimos días, después de que Unidas Podemos y el sindicado Comisiones Obreras denunciaran el 'maltrato' que sufrirá este partido durante las próximas semanas en la televisión pública. Desde la corporación han explicado que su plan de cobertura lo han elaborado ajustándose a la ley y que, como siempre, lo supervisará la Junta Electoral Central.

La pregunta que se plantea en este sentido es: ¿qué influencia tienen en la opinión pública los informativos de TVE, los cuales siempre son observados con lente de lupa? Los datos expresan que actualmente son vistos por una media diaria de 1,1 millones de españoles y el 10,4% de los espectadores.

Un arma mucho menos potente

Hubo un tiempo en el que RTVE constituía un monopolio audiovisual. Las cadenas privadas no habían surgido y sus noticiarios contaban con varios millones de espectadores cada día. Desde principios de la década de 1990, esa situación cambió, si bien La 1 conservó el liderato informativo durante muchos años más.

Todo terminó de desmoronarse a partir de los primeros años de la década pasada, cuando la audiencia de la primera cadena descendió de forma importante y los telediarios se desinflaron. Entre medias, los consejos de informativos -creados con la ley de 2007- comenzaron a denunciar las prácticas de manipulación de los noticiarios, lo que enturbió su imagen. Entonces, gobernaba Mariano Rajoy. Desde que cambió el inquilino de Moncloa, el activismo de estos órganos de control interno se redujo considerablemente.

En enero de 2012, tras la salida de José Luis Rodríguez Zapatero de Moncloa, los informativos de La 1 cerraron el mes con una audiencia media de 2,9 millones de espectadores y el 18,6% de la cuota de pantalla. En junio de 2018, tras el final de la 'era Rajoy', aglutinaban el 11,9% del share y 1,68 millones de seguidores.

En estos cinco años han perdido otros 1,5 puntos de cuota de pantalla y 700.000 espectadores. Por tanto, su poder de difusión durante las campañas electorales es mucho más reducido que hace una década... y que hace un lustro. Es decir, tanto los bloques informativos electorales como la propaganda de los partidos tienen menos repercusión que unos años atrás.

La audiencia de los telediarios de La 1

El pasado abril, el noticiario de las sobremesas de entre el lunes y el viernes logró 1.062.000 espectadores y el 10,6% de share (un dato mejor que unos meses atrás), frente a los 2.065.000 y el 20,6% de Antena 3, que lideró la franja.

A las 21.00 horas, Vicente Vallés consigue 2.049.000 fieles diarios, de media, y el 17,7%, frente a los 1.205.000 y 10,2% de La 1.

Los fines de semana, a mediodía, Antena 3 obtiene 1.868.000 y el 19,6%, frente a los 1.043.000 y el 10,7% de La 1. Por la noche, la principal cadena de Atresmedia registra 1.196.000 seguidores y el 11%, mientras que La 1, 1.149.000 y el 10%.

A todo esto se une un fenómeno que afecta a todo el sector, y es el de la pérdida progresiva de audiencia de las televisiones, en detrimento de otros medios de entretenimiento. El mes pasado, cada español permaneció al día delante del televisor una media de 180 minutos, el mínimo de la serie histórica. Los que más, los jubilados. Los que menos, los jóvenes, que cada vez se informan más a través de los medios digitales, tanto audiovisuales como escritos.

Sea como sea, a Podemos sólo le corresponderá el 1% del tiempo de los bloques electorales que se emitan en los informativos de TVE; y no estará presente en los espacios de propaganda que se ofrecerán tanto con la señal nacional como con las desconexiones territoriales.

Fuentes oficiales de RTVE apuntan a que el plan de cobertura se hace de forma prácticamente milimétrica y que obtiene siempre el visto bueno de la Junta Electoral Central. Sea como sea, detallan que en estas semanas habrá programas especiales, diferentes entrevistas, debates entre los candidatos y un esfuerzo especial para cubrir los comicios, lo cual resta fuerza a las quejas.