Corría el mes de octubre de 1999 cuando el mexicano Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) tuvo que hacerse cargo de Bancrecer. Esta entidad no pudo remontar sus gravísimos problemas y, finalmente, sus accionistas perdieron más de 900 millones de dólares. Su presidente era Roberto Alcántara Rojas, quien acaba de convertirse en el nuevo socio de referencia del grupo Prisa al inyectar 100 millones de euros y hacerse con el 9,3% del accionariado. En aquel momento difícil, el presidente de la República azteca era Ernesto Zedillo, también miembro del consejo de administración del conglomerado mediático que preside Juan Luis Cebrián.
Solo hay que teclear en Google el nombre del flamante consejero de Prisa para encontrar este borrón en su carrera como empresario. En varias informaciones de finales de 1999, el diario El Universal narra unos acontecimientos que, sin duda, pesarán en la conciencia del bueno de Alcántara Rojas, dedicado hoy a negocios del transporte. "Me siento triste porque las cosas no salieron como yo hubiera querido", declaraba en una entrevista publicada el 14 de octubre de 1999. "Desgraciadamente, la volatilidad que se observó en los mercados financieros del mundo y que repercutió en México deterioró la situación del banco e impidió concluir con el programa de capitalización", decía, apesadumbrado por su fracaso, unos días después.
Alcántara Rojas llegó a la presidente de Bancrecer en 1991, durante el Gobierno del presidente Carlos Salinas; él lideraba a un grupo de empresarios que pagaron 120 millones de dólares por privatizar la entidad que luego tuvo que ser rescatada
Según diversas informaciones aparecidas en medios mexicanos, Alcántara Rojas llegó a la presidencia de Bancrecer en 1991, durante el gobierno del presidente Carlos Salinas. Él lideraba a un grupo de empresarios que pagaron 120 millones de dólares por hacerse con la entidad, que se privatizó entonces. Ocho años después, fue su ahora compañero de asiento en Prisa Ernesto Zedillo quien dirigió el proceso de rescate, mediante nacionalización, de la entidad financiera. Solo la intervención de la administración evitó la quiebra definitiva del banco. Esté al tanto o no de lo que pasó con Bancrecer, el caso es que Cebrián cree, respecto a su socio, que "se trata no solo de un gran empresario sino de alguien comprometido con los valores institucionales que nuestra compañía representa".
El nuevo socio de referencia de Prisa está considerado en tierras mexicanas como uno de los empresarios más cercanos al PRI y, por ende, al actual presidente, Enrique Peña Nieto
Como informó Prisa y recogió este diario, Alcántara Rojas sí ha logrado el éxito en sus negocios relacionados con el transporte. Hoy es presidente del Grupo Toluca y de las aerolíneas de bajo coste VivaAerobus, que fundó en 2006 con el promotor de la irlandesa Ryanair. Es accionista y presidente del Consejo de Administración del consorcio Iamsa -Inversionistas en Transportes Mexicanos- que agrupa las mayores empresas de autocares en México. Pero, por encima de todo, el nuevo socio de referencia de Prisa está considerado en tierras mexicanas como uno de los empresarios más cercanos al actual presidente, Enrique Peña Nieto, y a su formación, el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Mismas siglas a las que siempre sirvió el citado Zedillo.
¿Habrá influido la buena relación entre Alcántara Rojas y el presidente Peña Nieto y el expresidente Zedillo para facilitar su desembarco en el holding de medios? La respuesta parece obvia, aunque solo los protagonistas lo saben. Pero, en todo caso, el hecho irrefutable es que en su reciente visita a España, Peña Nieto fue agasajado por Prisa, en general, y por Cebrián, en particular, como ya se contó en este diario. ¿Tendrá algo que ver la llegada del socio de referencia con los crecientes intereses en México de Prisa? Otra vez la solución parece evidente. Y nuevamente no se puede refutar que hace unos días, como informó Vozpópuli, Peña Nieto ha allanado el terreno para que Prisa logre licencias de televisión en el país azteca.