El Tribunal de Cuentas ha descubierto errores de bulto en la relación contractual que mantuvieron RTVE y José Mota. En su informe sobre la Corporación recién publicado, el órgano fiscalizador denuncia dos irregularidades en el contrato entra ambas partes. La primera se refiere a la ausencia de una cláusula obligatoria. Y la segunda tiene que ver con los derechos de explotación. Llamativos errores teniendo en cuenta que, según consta en el documento, RTVE pagó 10,6 millones de euros por La hora de José Mota entre 2010 y 2011. Llueve sobre mojado, puesto que en su momento trascendió que el humorista percibía cantidades millonarias por su trabajo. Este es solo un caso más del "deficiente control interno" de las contrataciones a productoras que elaboran programas para la cadena pública.
En el apartado titulado "Análisis del cumplimiento de la legalidad", el segundo de este prolijo documento, el Tribunal de Cuentas incluye dos referencias al exitoso programa La hora de José Mota. En el primero de los casos, el órgano fiscalizador recuerda que en los años analizados, 2010 y 2011, las normas vigentes en RTVE "obligaban a incorporar una cláusula en los contratos suscritos con productoras por la que estas se obligaban a no contratar, directamente o a través de terceros, a personal afectado por incompatibilidad o prohibición, y en especial a los empleados que se hubiesen acogido a procedimientos de regulación de empleo o compromisos de incompatibilidad". Pues bien, "se ha observado que el contrato de 1 de agosto de 2011 (P2224024 "La hora de José Mota") no recogía la cláusula citada".
El informe recoge que en el contrato con 'La hora de José Mota' RTVE se reducen los derechos de explotación "sin que conste razón que lo justifique"
La segunda irregularidad que denuncia el Tribunal de Cuentas sobre el contrato entre Mota y RTVE tiene que ver con los derechos de explotación. La literalidad del documento evidencia que algo no se hizo bien en este caso: "Según la normativa aplicable, corresponde a CRTVE la totalidad de los derechos de explotación de los audiovisuales que se produzcan en el caso de la producción propia. Se ha verificado que en los contratos de determinados programas se reducen estos derechos sin que conste razón que lo justifique. Así, los contratos de 20 de septiembre de 2009 y 20 de diciembre de 2010 (P2224024 "La hora de José Mota" y P2224035 "Estamos contentos") reducen a tres comunicaciones públicas los derechos de explotación de CRTVE".
Vieja polémica sobre su sueldo
Como se ha dicho, en su momento, mesea atrás, se publicó en diversos medios que Mota recibía ingentes cantidades por su trabajo en la cadena pública. El programa del humorista era el más caro de la Corporación, con un coste de 12.000 euros por minuto. Según la documentación que obra en los anexos del informe del Tribunal de Cuentas ahora publicado, RTVE pagó por el espacio de Mota entre 2010 y 2011 la friolera de 10.652.594 euros. En 2010, la Corporación abonó a una productora 5.402.850 euros. En 2011, compró el programa por 5.249.744 euros.
El caso del humorista quizás sea el más llamativo, pero no es el único. El Tribunal de Cuentas deja claro que el descontrol era generalizado en lo referente a la contratación de productoras en el peíodo 2010-2011, cuando presidía el ente Alberto Oliart. En el mismo punto donde se menciona a Mota por primera vez el órgano fiscalizador recuerda que en 2010 también era obligatoria, además de la cláusula que no incluyó el humorista, una declaración adjunta. Al observar la ausencia de esa declaración en la mayoría de casos, el tribunal denuncia el "deficiente control interno por CRTVE de esta obligación de las productoras".
La Corporación tenía la potestad de auditar y fiscalizar el cumplimiento de sus propios contratos con otras productoras, pero nunca lo hizo en 2010 y 2011
Además, más adelante el órgano fiscalizador explica que "todos los contratos de producción incorporaban una cláusula según la cual CRTVE se reservaba la facultad de auditar, por sí misma o a través de terceros, el desarrollo del programa contratado". Es decir, la Corporación podía inspeccionar y fiscalizar el cumplimiento de sus contratos con productoras que realizaban programas para la cadena. Curiosamente, no lo hizo nunca en 2010 y 2011. O sea, el descontrol más absoluto. Tampoco es extraño si se tiene en cuenta que, como ha ido desgranando Vozpópuli, ha habido derroches en hoteles y sueldos de directivos, en chóferes y gastos sin justificar o en viajes cuanto menos llamativos.