El PSOE es como el tomate español, sabe a lo que tú quieras que sepa dependiendo cómo lo aliñes. Es la transversalidad por excelencia, puede alentar a perseguir a los independentistas y juzgarlos con toda la dureza de la ley en un tweet de Pedro Sánchez y años después diseñar una ley a medida para proteger a los demócratas catalanes en el exilio. Es un abanico ideológico que va desde Cádiz a Girona, un producto de diez.
Además maneja los tiempos y la agenda. Cuando ya sobrevolaban bromas sobre la humillación de Junts y las tragaderas socialistas, Sánchez lanzó un concepto que lleva años sobrevolando Twitter: la fachosfera. La fachosfera es esa derecha punk que se esconde
, que tuitea frases como "El pintor austríaco tenía razón" para ensalzar a Hitler bordeando la ley y que incluye desde el chaval rentista cuyo trabajo es pasarse a cobrar el alquiler de los pisos heredados de papá en Madrid al agricultor que desayuna un salchichón a bocados y un litro de Don Simón.
La fachosfera existe y tiene su némesis, la izquierda tofu o izquierda Movistar. Esa izquierda que habla género neutre, ataca la superstición religiosa pero te felicita el Ramadán y su receta económica para todo es regular los precios.
Hay que recordar que en Corea del Norte se llevan regulan los precios por decreto durante décadas y no se ha quejado nadie, también es verdad que se regularon las quejas por decreto.
Una de las señas de identidad de la izquierda tofu es ponerle nombres bonitos a las cosas. Esta semana han lanzado el Mecanismo de Equidad Intergeneracional, una medida para extraerle un bocado de la nómina a los jóvenes para pagarle a los ancianos una pensión que ellos no van a tener. Una estafa de ponzi.
De la fachosfera y la Ley de Amnistía se ha hablado esta semana en X. También del ataque de un ciervo a Frank Cuesta que casi le cuesta la vida y del cartel de la Semana Santa de Sevilla, el más polémico de los últimos tiempos.