El feminismo ha vuelto a teñir las calles de morado este 8-M baje el lema ‘Cabemos todas y todes’, un lema que excluye a todos (un plural opresor) y a las ‘terfs’, las feministas trans-excluyentes. ‘Cabemos sólo nosotres’ hubiera sido más acertado. Si el movimiento ya llegaba dividido a este 8-M, PACMA se ha desmarcado con una campaña Por un feminismo sin distinción de especies en el que reivindica la equiparación de los derechos de las vacas a las mujeres. Así es difícil mantenerse cuerdo.
El 8-M debe ser la única manifestación contra el poder del mundo que está encabezada por un Gobierno, por el Ministerio de Igualdad en este caso. Irene Montero ha puesto en la agenda dos nuevos temas de opresión: el sexo con la regla y la masturbación femenina. Se ve que hasta existe un objeto llamado Satisfyer que se comercializa de forma clandestina en algunos bazares. Yo ya le he pillado el punto al histrionismo de los movimientos sociales occidentales. Se trata de articular bien conceptos como violencia estructural, invisibilizar, estructuras de dominación y saber crear relatos coherentes. Por ejemplo: el cambio climático se enseña especialmente con las mujeres porque en España hay más mujeres que hombres. Ahí lo tienes, pancarta al canto. Además es transversal porque mezclas dos opresiones. Jugada maestra.
Otro clásico de los 8-M son los cánticos, de ahí han salido “El violador eres tú” y este año “Que pena me da que la madre de Abascal no pudiera abortar”, que subió a sus redes la secretaria de Estado de Igualdad y luego ha borrado. Vox no ha querido quedarse fuera de la competición de paridas y una diputada ha afirmado que ella no puede ser machista porque le reza a una mujer, la Virgen María.
En Twitter se ha hablado esta semana del 8-M y de dos desgracias: la actuación por sorpresa de Carlos Baute y Marta Sánchez en un avión sin escapatoria para los pasajeros y la Fórmula 1, que ha vuelto a ponerse de moda. Vuelven los cuñados hablando de pit stops, carga aerodinámica y tracción trasera.
Y los virales de la semana arrancan con un vídeo del Doctor Cabrera, que ya sabía de todo antes de ser reclutado por Iker Jiménez. Aquí en 1994 hablando de los juegos de rol.
