Puede que no se hayan dado cuenta, ya que somos muy hábiles a la hora de darle la vuelta a la actualidad, pero se nos está quedando un show business de lo más aburrido. Ya no encontramos personajes interesantes y alocados, de esos que no sabes nunca por donde van a salir y lo que van a decir. Vivimos inmersos en la era de la corrección y la demanda, los dos ingredientes indispensables para generar el bostezo cada vez que abrimos las páginas de una revistas. Pero, ¿esto ha sido así siempre? ¡Claro que no! Antes teníamos celebrities propias con carácter, famosos que conseguían sorprendernos en los titulares y divertirnos en cada una de sus apariciones. Qué tiempos aquellos...
Ahora nos conformamos con la cuota de actrices y actores jóvenes, más preocupados por quedar bien con todo el mundo -el futuro profesional- que por demostrar algo de personalidad, alguna que otra celebrity de toda la vida, pese a que su tirón mediático ya no sea el mismo, y con los hijos de los famosos. Sí, esa nueva generación de vástagos ya creciditos que han conseguido aburrirnos hasta la saciedad. ¿Cómo es posible que con unos padres tan icónicos hayan salido unos hijos tan prescindibles? Y no crean que nos lo inventamos. Aquí tienen diez ejemplos que les convencerán para darnos la razón:
Fran Rivera
Poco llegamos a valorar a Carmina Ordóñez hasta que nos dimos cuenta que ya no la íbamos a ver ya. La socialité más deseada por las revistas consiguió mezclar el punk con el lujo, el chándal con los abrigos de piel, la televisión con el Hola y las juergas infinitas con las recepciones más exclusivas. Carmina era todo en uno y lo sabía perfectamente. Manejaba a la prensa a su antojo y conseguía caerle bien a todo el mundo. ¿Quién nos iba a decir que sus hijos saldrían tan sositos? Tal vez por la alargada sombra de su madre, Fran y Cayetano llevan el aburrimiento por bandera. Son correctos, visten con lo que ellos creen que es elegancia y tratan de ser educados, pero aburren tanto que producen narcolepsia.
Julián Contreras Jr
Mención a parte merece Julián Contreras Jr. El hijo pequeño de Carmina Ordóñez nunca ha encontrado su sitio. Heredero de una genética un tanto complicada, el joven ha querido ser escritor sin conseguirlo, ha querido ser empresario arruinándose y ha querido ser un 'chulazo' sin tener demasiada idea de cómo hacerlo. Julián Contreras interesa poco, por no decir nada. Ahora ha decidido ejercer el papel de oveja descarriada, segundón de lujo en el clan Rivera, y ni eso le sale bien. Tal vez cuando decida a qué quiere dedicarse podremos rescatar algo, pero mientras tanto...
Shaila Dúrcal
El fichaje de Shaila Dúrcal como jurado de Tu cara me suena no garantizaba nada bueno. La estirpe que Rocío Dúrcal y Junior han dejado sobre la faz de la tierra poco tiene que ver con el carisma y la leyenda de sus padres. Físicamente puede que sí hayan heredado parte de la belleza de la cantante, pero de ahí a ser igual de interesantes hay un gran paso. La pobre se esfuerza, trata de ser espontánea y entrar al juego de las bromas del plató, y hay que valorárselo. Otra cosa es que consiga entretenernos. Juramos que, a veces, se nos olvida incluso su presencia,
Kiko Rivera
Nada como cultivar una impostada fama de gracioso para no tener que hacer ya nada más en la vida. Alguien dijo, en algún momento, que Kiko Rivera, ya que no era guapo como sus hermanastros, debía ser gracioso y él se lo creyó. El misterio es saber dónde se esconde esa gracia, ya que viendo sus últimas apariciones televisivas, mucho no nos hemos reído. Kiko ha heredado de su madre la facilidad para verse envuelto en polémicas sin comerlo ni beberlo, pero poco más. Ni su talento, ni su presencia, ni su afición al trabajo. Pero ahí está, de bolo en bolo y de plató en plato. Y parece que va a ser por mucho tiempo. Esto sí es un drama.
Rocío Carrasco
Si Rocío Jurado levantara la cabeza se encontraría un percal digno de sus peores pesadillas. La familia que dejó más o menos unida ha explotado en mil pedazos y parece que no hay nadie que lo solucione. Queda claro que la única que sabía cómo gestionar la fama era la propia cantante. Una lástima que todo su talento haya quedado diluido en la nada. Rocío Carrasco empezó fuerte, con aspiraciones de modelo, colaboradora en televisión y socialité con nombre propio, aunque pronto vimos que aquello no iba a durar. Ahora, tras muchos años de silencio, trata de recuperar aquella oportunidad que dejó pasar. Un poco tarde.
Ana Boyer
Chabeli es la mayor, Enrique el triunfador, Julio José el eterno segundón, Tamara la pija entrañable, pero, ¿y Ana? La hija menor de Isabel Preysler era, hasta ahora, la estudiante, la lista de la familia, la que había heredado la pericia económica de Miguel Boyer, que no está mal para labrarse un futuro. El problema es que, de la imagen que se nos vendió a lo que vemos en la actualidad hay una gran diferencia. Ana Boyer posa en photocalls, concede entrevistas sin nada que decir y habla de bodas y noviazgos. Vamos, como cualquier otra celebrity del mundo. Así no vamos a llegar a ninguna parte.
Clemente Lequio
Tenemos cierta debilidad por Antonia Dell'Atte. La italiana aterrizó en España dispuesta a ser el azote de su exmarido, Alessandro Lequio, y de la entonces pareja del conde, Ana Obregón, y lo consiguió. Incluso fue una de las pioneras en esto del polígrafo. ¿Y qué ha quedado de toda aquella furia? Pues un hijo, Clemente, cuya mayor gesta ha sido ir al gimnasio. Reconocemos que tenía el listón muy alto para igualar a su padre y a su madre, pero es que se ha quedado en la casilla de salida. ¡Qué genes tan poco aprovechados!
Elena Furiase
Hay veces que pagan justos por pecadores. Elena Furiase, entendida como individuo, sin pensar en nada más, es una chica estupenda. Es divertida, no se corta cuando tiene un micrófono delante y trata de abrirse camino como todos los jóvenes del país. El problema es que cuesta olvidar que es hija de Lolita y nieta de Lola Flores. Con unos antecedentes así, esperábamos mucho más de ella. Puede que solo le falta un poco de madurez -Lolita a su edad tampoco era la fiesta en persona-. Estaremos atentos, a ver qué ocurre.
Cayetano Martínez de Irujo
Nos decantamos por recoger a uno de los hijos más mediáticos de Cayetana de Alba ya que, como hablemos de los otros, nos podemos a llorar directamente. La desaparecida duquesa de Alba tenía tanta personalidad, tanto carisma, tantas ganas de pasarlo bien, que era imposible que sus hijos igualasen la marca. Lo que no esperábamos es que se quedasen tan lejos. Eugenia es la única que puede recoger parte del interés mediático de su madre -y que apunta hacia una vejez igual de excéntrica-, nada que ver con sus hermanos, cada uno más aburrido que el anterior. De Cayetano no nos interesa nada. Ni el nombre.
Dakota Johnson
Para que no piensen que este fenómeno solo ocurre aquí, rescatamos también un ejemplo internacional. Dakota Johnson, hija de Melanie Griffith y Don Johnson, que se dice rápido, estrella internacional, protagonista de una de las películas más subidas de tono de los últimos tiempos y... ¿Y qué? La pobre Dakota es tan aburrida que cuesta incluso recordar su cara. Si, al menos, tuviese un nombre sonoro como su hermanastra Stella del Carmen, pero es que ni eso. Suerte que Melanie sigue en plena forma y copando titulares, si no...