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Charlotte McKinney y los peligros de tener mucha delantera

No puede haber un titular más prometedor. Sí, la modelo Charlotte McKinney, aquella que vino a quitarle el puesto a Kate Upton, ha decidido sincerarse, en tono de humor, sobre los inconvenientes de tener una talla de pecho fuera de lo normal. Puede que no lo parezca, pero aquí tenemos un drama. ¿Quieren saber qué ha dicho? Pues dejen de mirar las fotos y lean.

  • Charlotte McKinney (Gtres).

Charlotte McKinney debe estar eternamente agradecida a aquel anuncio de una cadena de hamburguesas que la convirtió en lo más visto de la Super Bowl. Millones de americanos agolpados delante del televisor se quedaron embelesados ante la visión de la exuberante modelo paseando sin demasiada ropa encima y con una hamburguesa en la mano. Rápidamente, el mundo comenzó a hablar de Charlotte McKinney, la heredera natural de Kate Upton por razones físicas más que evidentes. El problema es que Upton todavía está muy en activo y tampoco necesita sucesoras de forma urgente. Aun así, la modelo ha conseguido aprovechar el tirón y colarse entre las más buscadas, al menos por los internautas. Y es que no es para menos.

Una de sus últimas apariciones ha sido en la web de la revista Cosmopolitan para denunciar un drama al que se presta muy poca atención. No, no se trata de las dificultades de las mujeres para triunfar en el mercado laboral, ni del escaso recorrido que tienen las modelos comparado con otras profesionales. Nada de eso. Lo que la modelo ha querido revindicar, en clave de humor -no se asusten-, es el peligro que supone vivir con una talla de pecho más abundante que la media. Lo que a ojos del gran público son todo ventajas -y también el motivo por el que McKinney ha conseguido llegar hasta donde ha llegado-, en la vida real no todo el monte es orégano. La modelo está harta de muchas cosas y ha querido contarlas en primera persona. Esto, en España, da para una entrevista en el Deluxe a la una y media de la madrugada.

“Preguntar sobre mi talla de sujetador es una grosería”, ha confesado la modelo. “¿Por qué quieres saberlo? ¿Qué te importa? ¿Vas a comprarme un sujetador o algo? No lo entiendo”. Un enfado del todo justo si tenemos en cuenta que debe responder a esta pregunta en todas y cada una de sus entrevistas. Aunque, claro, tampoco es que haya puesto mucho hincapié en no potenciar esta misma parte de su cuerpo como clave de su éxito. Superémoslo de una vez por todas. Sí, Charlotte tiene mucho pecho, ¿y qué? La modelo también está harta de que le pregunten por qué no se somete a una reducción de pecho. “Eh... ¿porque no quiero? Estoy muy contenta así”, asegura. ¡Dejémosla vivir!

Una de las consecuencias reales de la generosidad genética con la que se ha encontrado es la complicada tarea de encontrar un sujetador que cubra sus necesidades. Todos podríamos pensar que una modelo no debe tener mucho problema para vestirse, ya que goza de un cuerpo de escándalo y puede acceder a todo tipo de diseñadores, pero no es así, sobre todo en el tema de los sujetadores. McKinney quiere reivindicar que la mayoría no se ajustan a lo que ella busca. “Por encima del pecho, por debajo del pecho, es el cuento de nunca acabar, siempre se sale algo”, protesta. Y con las camisas le ocurre lo mismo. “Los botones continúan rompiéndose”, afirma. ¿Ninguna marca ha pensado en sacar su propia colección a prueba de bomba? Las mujeres como Charlotte McKinney la necesitan.

Y si están preocupados por el futuro de la modelo, dejen de darle vueltas, no le va a pasar nada. “Vuestras preocupaciones sobre si me colgarán demasiado los pechos en el futuro son una mierda. Se llama mastopexia -una operación de cirugía estética para elevar los pechos-”, declara la modelo. “Mi madre tiene unos pechos estupendos y ya pasa de los 60. Puedes arreglarlos o dejar que cuelguen”. ¿Les queda claro? Como alguien se atreva a meterse, otra vez, con la delantera de Charlotte que se prepare. La guerra está servida.

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