En 1999, poco después de casarse, Victoria y David Beckham adquirieron una mansión por el módico precio de 3 millones de libras. La casa, que contaba con siete habitaciones, dos piscinas, un enorme jardín y hasta un zoológico, estaba situada en Hertfordshire, una zona tranquila y residencial al norte de Londres. Paz e intimidad para uno de los matrimonios más famosos del mundo. No obstante, las cosas cambian. La situación actual del matrimonio, con David retirado del deporte y Victoria centrada en su propia marca de ropa, necesita de un nuevo centro de operaciones, una vivienda acorde al estatus de estrellas pero que les permita avanzar en su vida. Y eso, claro, solo se encuentra en Londres.
A principios del año pasado, los Beckham pusieron en venta su mansión y se trasladaron a la capital en busca de un nuevo hogar. Su objetivo era el barrio de Kensington, el punto caliente donde ocurre todo, según Victoria. Se trata de una zona exclusiva, donde viven muchos famosos -como el televisivo Simon Cowell o el cantante Gary Barlow-, donde se encuentran las mejores tiendas y a una distancia perfecta del aeropuerto de Heathrow. Además, se trata también del barrio elegido por los duques de Cambridge. “Victoria cree que sería el lugar perfecto para residir en el caso de que se materialicen los rumores que apuntan a una condecoración por parte de la Corona británica para David”, ha comentado un amigo de la familia al periódico Daily Mail. El matrimonio estuvo visitando varias mansiones hasta que el otoño pasado eligieron su hogar definitivo.
Todo tipo de detalles
El nuevo Beckingham Palace está situado en pleno centro londinense, en una mansión que data de 1880, con ocho habitaciones y siete baños y por la que han pagado más de 30 millones de libras. La casa consta de cuatro plantas y han invertido 5 millones de libras más en redecorarla. En el sótano han instalado un spa de lujo y un amplio gimnasio -en un principio, la casa tenía una piscina cubierta pero fue eliminada por antiguos propietarios-, así como una habitación de juegos para los niños. En la planta baja se encuentran el comedor, la cocina, un salón y la oficina de Victoria, que dispondrá de una entrada privada. La primera planta está dedicada a la habitación del matrimonio y al vestidor de Victoria, que cuenta con una pasarela donde la diseñadora puede desfilar con sus vestidos y un espacio dedicado a peluquería, maquillaje y manicura.
El matrimonio compró un cuadro de Damien Hirst por 700.000 para decorar el cuarto de su hija Harper.
En la segunda planta se sitúan las habitaciones de los niños, todas con un baño privado, y en la tercera se encuentra la habitación de David, una zona con minibar, mesas de billar y lejos de las garras de los decoradores de Victoria. Además, en la mansión hay tres habitaciones de invitados y una pequeña casa de huéspedes en el jardín. La cocina tiene un equipamiento de restaurante profesional, los baños cuentan con televisores de plasma impermeables, hay una sala de cine en el sótano y hay una habitación del pánico secreta, en caso de que la familia tenga que refugiarse de posibles asaltantes. Todo decorado por Kelly Hopper, una amiga personal de Victoria que ya decoró su casa de Los Angeles.
Algunos detalles se conocen ya sobre el interior del magnífico Beckingham Palace. Resulta que el matrimonio compró un cuadro del artista Damien Hirst para decorar la habitación de la pequeña Harper. Se trata de una pintura de dos metros, titulada Daddy's Girl, con un enorme corazón rosa decorado con mariposas por el que pagaron algo más de 700.000 euros. Un lujo más de la máquina de hacer dinero en la que se han convertido David y Victoria. Aunque, claro, contando que compraron la anterior mansión por 3 millones y la han vendido por 14, cuando decidan desprenderse de este palacete londinense el inmueble podría alcanzar unas cifras inimaginables. Aun así, ¿pueden permitirse todos estos caprichos ahora que David se ha retirado? ¿Tendrán hipoteca? ¿Cuánto pagarán de intereses? ¿Amortizarán el préstamo con la colección de ropa interior para H&M?