Gente

¡Un millonario que reparte su fortuna!

Este sí que es una caso extraño en los tiempos que vivimos. Este hombre, Xiong Shuihua, chino, nunca se olvidó de sus orígenes. Nació en Xiongkeng, una pobrísima y pequeña aldea de China. Allí creció y allí le ayudaron un montón de familias a salir adelante. Él consiguió salir, desde luego, y una vez convertido en millonario, regresó a su pueblo para reconstruirlo gratis

  • Xiong Shuihua ha vuelto a su pueblo para recompensar a quienes le ayudaron.

Su aldea pertenece a la ciudad de Xinyu, al sur de China. Allí se desarrolló en su infancia. Sin calles asfaltadas, sin agua corriente, sin luz en las casas, por cierto todas de madera. ‘Es de bien nacidos ser agradecidos’ parece ser el lema de Xiong, porque una vez convertido en magnate del acero, 50 años después, decidió dar una nueva vida a su aldea.

Allí continuaban las 72 familias que vivían cuando él era sólo un niño. Arrasó con las 72 casas de madera y construyó apartamentos de ‘alto standing’, como decimos por aquí.

Xiong ha regalado villas de lujo a las 18 familias que le ayudaron.

Asfaltó las calles, las dotó de servicios comunes y a las 18 que habían ayudado especialmente a su familia les regalo villas de lujo con sus correspondientes terrenos para el jardín. También ha pensado en el día a día y, como en China la ancianidad se venera, ha decidido proporcionar 3 comidas al día a todos sus ancianos y hacerlo extensivo a las familias con menos ingresos.

Uno de los beneficiarios, Qiong Chu, de 75 años, dijo que recuerda a los familiares de Xiong, quienes eran “muy gentiles y siempre ayudaban a otros” y opina que “es grandioso que su hijo haya heredado esa gentileza".

La generosidad de Xiong

La transformación de la aldea es impactante, como se puede ver en el antes y el después de las fotografías. Este proyecto inmobiliario de transformación le ha costado más de seis millones de dólares. Pero para Xiong no es nada comparado con la satisfacción de devolver, de alguna manera, la generosidad que los demás tuvieron con su propia familia.

“Gané más dinero del que pensé que ganaría y no quería olvidar mis raíces. Siempre pago mis deudas, por lo que me quise asegurar de que la gente que me ayudó cuando era joven también recibiera su retribución", dice, humildemente, Xiong Shuihua, que pasando las cincuentena ve la vida así.

https://youtube.com/watch?v=Lo-6c4GJMZc

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