¿No les parece que deberíamos volver a la moda de los nombres artísticos? La inventiva española nos ha dejado leyendas del tamaño de Bárbara Rey, Sara Montiel, Ana Belén o Marisol que seguramente se hubiesen quedan en nada de haber mantenido sus originales María, Antonia, Pilar o Pepa. Un pseudónimo viste, da empaque y sirve para diferenciar al personaje de la persona. En Estados Unidos lo han tenido claro desde los tiempos de Rita Hayworth -Margarita en su partida de nacimiento-, de Madonna o Lady Gaga. Si hasta los concursantes de Operación triunfo se rascaban las neuronas para crear nombres tan originales como Chenoa o Nuria Fergó, ¿por qué nadie más les sigue el ritmo?
Podemos entender que a algunos no les apetezca cambiar la identidad que tan amorosamente le dieron sus padres, pero cuando en el show business ya hay otro famoso con el mismo nombre no es un capricho, es una necesidad. No podemos estar preguntándonos constantemente si es el actor o político, la ministra o la periodista, el cantante o el presidente. Un cambio a tiempo soluciona muchos equívocos. Y no crean que es algo puntual. Tanto aquí como fuera tenemos numerosos ejemplos. ¿Quieren conocer unos cuantos? Piensen que es un drama sin parangón...
David Muñoz
¿Que el cantante de Estopa se ha casado con Cristina Pedroche? Por un segundo sufrimos una embolia de la que casi no nos recuperamos. Pero no, falsa alarma. Resulta que el chef del momento, el de la cresta, el que ha conquistado el corazón de la presentadora más sexy del momento coincide en nombre y apellido con el cantante. De acuerdo, David Muñoz debe ser un nombre de lo más común. Razón de más para borrarlo del mapa y pensar en algo más interesante.
Ana Pastor
'Hoy, en plató, Ana Pastor'. De acuerdo, pero ¿cuál? ¿La ministra o la periodista? También es casualidad que la responsable de Fomento se llame igual que la periodista más criticada y admirada del momento. Ojalá un cara a cara de ambas gritándose '¡Déjeme hablar Ana Pastor!' durante dos horas. No vemos a la política cambiándose el nombre por uno más artístico, aunque ese sería el ejemplo en que España sería verdaderamente moderna.
Nuria González
¿Qué tienen en común Fernando Fernández Tapias y la serie Física o química? Pues que ambos tienen una Nuria González en su vida. La socialité comparte identidad con una de las actrices más demandadas por series, películas y programas. El día menos pensado se equivocan y vemos a la mujer de Fernández Tapias en televisión y a la actriz compartiendo mesa y mantel con Terelu Campos, Naty Abascal y Cari Lapique.
María León
En el fondo, creemos que las dos María León son la misma persona. Ambas son it-girls, ambas tienen blog, ambas son rubias, ambas podrían aparecer en portada de cualquier revista. Luego nos fijamos bien y entre la hermana de Paco León y la experta en moda también hay alguna diferencia. Ligera, muy ligera. Hasta que no las veamos juntas en algún evento, no tendremos una evidencia fidedigna.
Javier Maroto
¿Les haría gracia llamarse igual que uno de los hombres fuertes del Partido Popular? Si hiciésemos una encuesta a pie de calle confiamos en que la mayoría de la población acertaría que Javier Maroto es el ex alcalde de Vitoria, pero, ¿qué pasa con el actor de La que se avecina? Sí, el del ático, el del pelazo, el novio de Macarena Gómez también se llama Javier Maroto, aunque solo en la ficción. Su nombre real es Antonio Pagudo. Menos mal.
José Luis Rodríguez
Durante las dos legislaturas de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero pocas bromas se hicieron con El Puma. ¿Cómo no aprovechamos más su coincidencia de nombre y primer apellido? ¿Cómo no se llenó twitter de memes con la cara de Zapatero y el pelucón de El Puma? ¿Cómo no salió el ex presidente cantante Pavo real en algún mítico del PSOE? ¡Qué poca visión comercial! Esto no es nada propio de España...
Arturo Fernández
El pequeño Nicolás -¿dónde estará?- no se equivocó cuando quiso acercarse a Arturo Fernández. De no haber estado tan despierto, podría haber confundido al empresario con el actor y terminar pidiéndole favores al protagonista de La casa de los líos. Eso solo nos hubiese pasado a los que no tenemos maldad. Los aspirantes a políticos conocen a la perfección todos los detalles y no se equivocan, no. ¡Qué listos!
Michelle Williams
A Beyoncé seguro que no le pareció nunca bien que una de sus compañeras de Destiny's Child se llamase como la actriz Michelle Williams. Así no hay manera de triunfar en condiciones. No es de extrañar que, llegado el momento, se deshiciese del lastre y decidiera triunfar en solitario. Beyoncé, ¡eso es un nombre! A ver si encuentran a otra que pueda hacerle sombra. Ni su hermana Solange -que también tiene un nombre bien apañado- puede.
Michael Douglas
La decisión más inteligente que tuvo Michael Keaton fue buscarse un apellido nuevo antes de triunfar. ¿Por qué? Pues porque en su partida de nacimiento indica que su nombre es Michael Douglas. Con esa presión iba a ser imposible que ningún agente se fijase en él. Su carrera lo agradeció y también Catherine Zeta-Jones, que podría haber cometido un error tremendo enviándole un whatsapp al Michael equivocado.