Hombre español, aliado ocasional, feminista de boquilla y machista de corazón: Hoy nos toca la sumisión, callar y escuchar... como han aguantado ellas siempre.
Hoy nos toca solo mirar y aprender, someternos a la voluntad de un colectivo mayoritario y protegido por el simple hecho de serlo. Nos toca recibir sin protestar, respetando su espacio, sin injerencias ni opiniones fuera del pensamiento colectivo impuesto... como han hecho siempre las mujeres.
Hoy nos toca el segundo plano, responder en la sombra con nuestros actos silenciosos, respetar, leer y reflexionar qué quieren, qué les molesta, qué les indigna, qué desean tomar luego tras la dura jornada de huelga. Nos toca dejarnos el alma para saber lo que es mejor para ellas porque también será lo mejor para el resto... así lo han hecho ellas siempre.
Hoy nos toca estar detrás en la manifestación, ser de los que no organizan ni salen en la tele, ser la minoría desprivilegiada, la que recibe los gritos e improperios... como han recibido ellas siempre. Nos toca el segundo plano que ellas tienen en el lenguaje, en el cine, en los sueldos, en las pinacotecas, en los premios, en la ciencia... Hoy nos toca aprender a sufrir lo que la mayoría de las mujeres han vivido siempre.
Hombre, padre y rancio cabeza de familia. Hoy nos toca sobrevivir y recular. Además de cambiar la bombilla del pasillo y bajar la basura nos toca llevar y recoger a los niños, hacer la comida y la cena, recoger la casa, llevarles al médico, recoger su abrigo de la tintorería, ir a las tutorías, llamar a tu madre y a la suegra, responder los whatsApp del cole, comprar fruta e ir mirando vuelos para las vacaciones de Semana Santa...
No, no lo hagas porque hoy ellas no pueden y van a estar muy liadas, hazlo porque es parte de tu proyecto de vida y de responsabilidad compartida, como así lo han hecho ellas siempre.
Hombre español, si todo esto te hace sentir sumiso, ignorado, esclavo y molesto por tu silencio y por que alguien te obligue, te diga o te aconseje lo que hoy tienes que hacer o pensar... vas por buen camino, es como ellas se han sentido siempre.
Hoy nos toca reconocer que somos machistas por educación, por imposición y por pereza. Que solo escuchando, observando y midiendo día a día todos nuestros actos podemos corregir una actitud congénita y socialmente asimilada. El primer paso para acabar con los machistas es reconocernos entre ellos.
Hombre español, acomodado y privilegiado simplemente por serlo. Hoy nos toca escuchar y comprender a todas las mujeres que nos rodean pero de nada servirá este sutil y nimio esfuerzo ocasional si mañana no nos preocupamos también de ello.
Como hacen ellas siempre.