Los dos vehículos, un Chrysler 300 y un Cadillac ATS, que son propiedad del productor canadiense de componentes del automóvil Magna y el fabricante de neumático Continental, empezaron su viaje en Detroit, desde donde cruzaron a Canadá a través del túnel Detroit-Windsor.
El plan es que los vehículos continúen circulando por Canadá hasta la localidad de Sarnia, en la provincia de Ontario, desde donde cruzarán de nuevo a Estados Unidos para acabar el viaje de 482 kilómetros en la localidad de Traverse City. En esa localidad estadounidense, el Departamento de Transporte del estado de Michigan y el Ministerio de Transporte de Ontario tienen previsto firmar un memorando de entendimiento para "promover y fomentar el crecimiento de las pruebas y desarrollo de la tecnología de vehículos autónomos", dijeron las compañías en un comunicado.
El director del Departamento de Transporte, Kirk Steudle, afirmó que "el cruce fronterizo de hoy en vehículos autónomos representa una colaboración sin precedentes entre dos naciones y el sector privado". Por su parte, el ministro de Transporte de Ontario, Steven Del Duca, declaró que "la prueba de conducción de hoy es un gran ejemplo de la mantenida colaboración e innovación entre Ontario y Michigan".
El test con los dos vehículos permitirá a Magna y Continental demostrar las capacidades de su tecnología autónoma del nivel 3, que requiere la presencia de una persona en el asiento del conductor para hacerse con el control del vehículo si es necesario. En este caso, los ingenieros que viajan en el Chrysler 300 y el Cadillac ATS se harán con el control de los vehículos cuando crucen los puestos fronterizos y mientras transiten por el túnel de Detroit-Windsor o el puente internacional de Blue Water en Sarnia. Pero en autopista, será la tecnología autónoma la encargada de dirigir los automóviles.
En el caso de Continental, el fabricante de neumáticos está probando el llamado Crusing Chauffeur, una combinación de cámaras, radares y el llamado lidar, un dispositivo que utilizar láser para detectar objetos. El sistema genera un modelo del entorno que rodea al vehículo. En combinación con un mapa de alta resolución, "el sistema reconoce todos los objetos en movimiento y estáticos así como la estructura de la carretera".
Jeff Klei, presidente de Continental Norteamérica, dijo que la empresa "ha estado probando la conducción automática en carreteras públicas desde hace más de cinco años", tanto en EEUU como Europa, Japón y China, "para asegurar que las funciones de conducción y seguridad pueden ser fácilmente adaptadas" a diferentes regiones. "Aproximadamente, el 95 % de todos los accidentes de carretera implican errores humanos. Salvar vidas y reducir lesiones siempre será la prioridad de Continental en el desarrollo de nuevas tecnologías", añadió.
Por su parte, Magna, uno de los mayores proveedores mundiales de componentes para el sector del automóvil y que produce en sus plantas vehículos para marcas de Europa y Norteamérica, está realizando desde hace años importantes inversiones en la tecnología de vehículos autónomos.
A principios de este año, Magna llegó a un acuerdo con la firma israelí Innoviz Technologies para el desarrollo de lidar. Magna prevé que, para 2025, el mercado de vehículos autónomos suponga algo menos del 1%. El fabricante también prevé que su tecnología le puede reportar entre 1.200 y 1.500 dólares de ingresos por cada vehículo autónomo producido.
Por ejemplo, la compañía calcula que las ventas de cámaras para automóviles se dispararán en los próximos años con la introducción de vehículos capaces de conducción autónoma. En marzo pasado, la compañía indicó que prevé que las ventas de cámaras a fabricantes de automóviles, un negocio en el que Magna está involucrado desde hace años, crecerá a 10.000 millones de dólares para 2020.